El Imparcial / Columnas /

Matar en cuclillas

En realidad, la tesis de que Sánchez Ortega realizó el segundo disparo (contra Luis Donaldo Colosio)... es inverosímil, cuando no imposible.

Sergio Sarmiento

JAQUE MATE

Hay historias inventadas por funcionarios públicos que merecerían un premio. Por su inventiva, por su creatividad”,

Carlos Puig, 21.11.2025.

Si José Antonio Sánchez Ortega fue el segundo tirador contra Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994, tuvo que haber caminado un buen trecho en cuclillas al lado del candidato. Además, debió haber tomado el revólver de Mario Aburto para hacer el segundo disparo, 2.14 segundos después del primero porque los dos tiros se hicieron desde la misma arma.

¿Cómo pudo una persona desplazarse varios minutos en cuclillas en medio de una multitud que caminaba de pie al lado del candidato presidencial? Hay trece videos de medios nacionales y extranjeros de los minutos antes y después del ataque, además de cientos de fotografías, pero en ninguno aparece Sánchez Ortega junto al candidato. A la Fiscalía General de la República no le importa y ha argumentado que, quizá, el supuesto segundo tirador estuvo a 68 centímetros de la víctima “en una postura semiflexionada” para no ser captado por las cámaras. ¿Y cómo sabía Sánchez Ortega dónde estaban las cámaras? Tenía seguramente una perfecta visión periférica de 360 grados para evadirlas y además una gran agilidad, superior a la de James Bond, para deslizarse en el momento mismo del primer disparo, arrebatar el revólver de Aburto mientras este forcejeaba con Vicente Mayoral y disparar contra el candidato.

En realidad, la tesis de que Sánchez Ortega realizó el segundo disparo es inverosímil, cuando no imposible. Lo han señalado investigaciones y jueces a lo largo de décadas. Los peritajes han concluido que los dos disparos surgieron del mismo revólver Taurus 0.38 de Aburto. El propio Aburto confesó originalmente haber realizado ambos.

¿Por qué la FGR ha vuelto a presentar una acusación rechazada tres veces en tribunales por una acción que no pudo ocurrir? ¿Por qué la aceptó el juez cuarto de distrito en materia penal del Estado de México, Daniel Marcelino Niño Jiménez? La única explicación es que se trata de una ocurrencia del ex presidente López Obrador, y en estos tiempos ni fiscales ni jueces se atreven a contradecir al gran señor de Palenque.

El 29 de enero de 2024 Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del candidato asesinado, pidió que se dejara de manosear el homicidio “para sacar una raja política”. El 31 de enero, sin embargo, el entonces presidente López Obrador respondió: “Sé que él ya no quiere, ni sus familiares, saber nada de esto, que fue terrible, pero se trata, repito, de un asunto de Estado, y que yo quiero que, en lo que a mí corresponde, no se deje de investigar. No voy a dar un carpetazo a un asunto así”.

¿Por qué un homicidio cometido hace casi 32 años habría debe ser hoy asunto de Estado? Porque lo que busca López Obrador a través de esta forzada acusación es involucrar a Jorge Tello Peón, fundador del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), y a Genaro García Luna, que en 1994, a los 25 años, era un funcionario menor de ese centro.

López Obrador quiere seguir sacando raja política del homicidio de Colosio. Ante la imposibilidad de que Sánchez Ortega haya sido un segundo tirador, la Fiscalía se ha inventado un asesino que se mueve en cuclillas para no ser detectado, toma el revólver de manos de Aburto y realiza invisible el segundo disparo dos segundos después del primero. Lo peor es que esta acusación ratifica que, en los tiempos de la 4T, ni los fiscales ni los jueces se atreven a usar siquiera un poco de sentido común cuando reciben instrucciones desde Palenque.

Daniela

La joven Daniela Iturbide fue golpeada por “granaderos” en la protesta de la Generación Z del 15 de noviembre. Lo documentó con un video de 39 minutos que tomó con una pequeña cámara escondida; pero el juez 12 de control, Joel de Jesús Garduño Villegas, descartó el video como prueba porque, dijo, pudo haber sido manipulado con inteligencia artificial. Decidió así que la detención fue legal.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com