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El desfile de “Chavorrucos”

“Chavorrucos” es uno de los calificativos que ha usado la mandataria para calificar a quienes hoy desfilarán en la Ciudad de México y en otras del País para protestar por la inseguridad que priva en la República, y por la impunidad de que gozan los delincuentes. Ninguna duda cabe ya: Nuestro País no está bien gobernado, y sufre males de todo orden. De ahí que empiece a mostrarse un sentimiento de indignación en los ciudadanos conscientes.

. Catón

“Soy pacifista -decía un individuo-. Por eso no peleo con nadie; por eso no voy nunca al box ni a la lucha libre; por eso no veo películas o series de violencia; por eso no me casé”. Los historiadores serios -algunos de vez en cuando sonríen- afirman que los Estados Unidos ganaron la Segunda Guerra en Estados Unidos. Explican su aseveración. Desde luego fueron factor importante de ese triunfo los combates librados en los campos de batalla, pero la victoria final no habría sido posible sin la enorme industria bélica que puso en servicio Norteamérica en los años del conflicto. Su producción de armamento, impresionante, no pudo ser contrastada por Alemania ni por el imperio japonés.

Lo previó Yamamoto (el almirante, no el pitcher), que conocía bien el poderío industrial yanqui, pues estudió en Harvard y como diplomático viajó extensamente por territorio americano. El estratega de Pearl Harbor advirtió que Japón podría hacer la guerra a los Estados Unidos, pero sólo durante seis meses, o a lo más un año, pues después se impondría en la confrontación la aplastante maquinaria de guerra de esa enorme potencia occidental. Así fue. El enemigo derribaba un avión norteamericano, o destruía un tanque de guerra, y al siguiente día llegaban 100. Un portaviones estadounidense era hundido, y el mismo día salían de los astilleros tres o cuatro más. ¿A qué se debió esa inmensa capacidad productiva? La explica una sola palabra: Inclusión.

Con los varones jóvenes combatiendo en los diversos frentes, el gobierno de Roosevelt llamó a las mujeres, los hombres de edad madura, los adolescentes, los afroamericanos, y los llevó a trabajar en las fábricas que en tiempos de paz se dedicaban a la producción de artículos de consumo, y que con una rapidez pasmosa se transformaron en industrias bélicas.

Emblema de esa conversión fue la imagen pintada por Norman Rockwell, ilustre ilustrador, donde aparecía Rosie the Riveter, Rosie la Remachadora, una mujer en ropa de trabajo que antes había sido quizás ama de casa, y que se incorporó, al igual que millones más en todo el país, a la producción de elementos de guerra. El trabajo de ese formidable contingente de mujeres y hombres de diversos orígenes y condiciones proveyó de incontables recursos a los soldados de tierra, aviadores y marinos que lucha ban en ultramar.

Aquí se ve que la inclusión es virtud valiosa, y redituable además. Su contrario es la exclusión, que divide y por tanto debilita. Esa actitud excluyente la puso en práctica López Obrador, quien polarizó a los mexicanos. Su nociva conducta la imita ahora la presidenta Sheinbaum, que también agravia con expresiones denostosas a los que critican las erradas acciones y culposas omisiones de la 4T.

“Chavorrucos” es uno de los calificativos que ha usado la mandataria para calificar a quienes hoy desfilarán en la Ciudad de México y en otras del País para protestar por la inseguridad que priva en la República, y por la impunidad de que gozan los delincuentes. Ninguna duda cabe ya: Nuestro País no está bien gobernado, y sufre males de todo orden. De ahí que empiece a mostrarse un sentimiento de indignación en los ciudadanos conscientes.

Las manifestaciones de este día son evidencia de esa creciente irritación. Viene ahora una historieta atrevida. Moralistas: Suspendan en este punto la lectura. El cliente le dijo, vacilante, al farmacéutico: “Mi esposa me pidió que le comprara aquí un artículo, pero no recuerdo cuál. Es algo como Kodak, Cutex, Kotex”. Aventuró el de la farmacia: “Lo más probable es que sea eso último. No creo que la señora quiera retratárselo o pintárselo”. FIN.

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