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Dilexit Te (4)

El Papa León XIV en su Exhortación recomienda las obras de misericordia, que serán signo de que nuestro culto a Dios es auténtico. Y realizando esas obras, el Espíritu Santo nos transforma para que seamos imagen de Cristo y de su misericordia hacia los más débiles.

José  Martínez Colín

1.PARA SABER

“La mejor manera de descubrir si tenemos el amor de Dios es ver si amamos a nuestro prójimo”. Así Santa Teresa de Jesús nos invita a examinarnos: Ni sólo amor a Dios sin el prójimo, ni sólo amor al prójimo sin Dios. El Papa León XIV en su Exhortación recomienda las obras de misericordia, que serán signo de que nuestro culto a Dios es auténtico. Y realizando esas obras, el Espíritu Santo nos transforma para que seamos imagen de Cristo y de su misericordia hacia los más débiles.

2) PARA PENSAR

Recién entrevistaron a quienes fueron monaguillos del Papa León en su inició como párroco en Chulucanas, Perú. Era el año 1985. Sus testimonios muestran su misericordia con sus fieles. Héctor Camacho, uno de ellos, dijo: “El padre Roberto —así era conocido—, más que un sacerdote, era un amigo, un enviado de Dios… llamaba la atención cómo una persona tan joven podía estar tan dedicada a Cristo. Los padres agustinos hicieron una labor maravillosa: llegaban a la gente más humilde con ropa, víveres, oración y acompañamiento. Esa era la preocupación del padre Roberto: mantenernos cerca de Dios y de Jesús. Los sábados y domingos, la iglesia se llenaba y estaba contentísimo, porque veía al pueblo lleno de amor a Cristo y de fe. La fe era una palabra que siempre manejaba”, cuenta Camacho.

A su vez, Rodolfo Yépez, recordaba que para muchos fue el primer sacerdote que los ayudó a ver la fe como algo vivo y cercano: “él era un guía para toda la juventud, para toda la vida. Él es un amigo… Siempre estaba pendiente de nosotros: preguntaba dónde estaba cada uno, cómo seguíamos. Hasta nos ayudaba económicamente. A veces pagaba la mensualidad de nuestros estudios o preguntaba por nuestras notas”. Pero más que lo material, Yépez subraya su espíritu de servicio, sencillez y alegría. Por ejemplo, al ser afectados por las lluvias, “se ponía las botas y ayudaba. Era una persona sencilla, sin aires de superioridad. Esperaba a que nos sirvieran a todos y se sentaba con nosotros... Siempre estaba con nosotros. El padre Roberto te tocaba el hombro, te daba la mano, bromeaba un poco. Había respeto, pero también amistad”, recordó. Y siempre presente su profunda piedad a la Virgen.

Martín Feijoo recuerda: “Nos reunía los sábados por la noche. Nosotros, jóvenes, queríamos salir a la discoteca o divertirnos, pero él organizaba las reuniones justo a esa hora, para que no termináramos en lugares indebidos. Así nos cuidaba. Fomentaba actividades sanas, desde reuniones de oración hasta paseos y obras teatrales... Compartíamos comida, jugábamos, todo sano. Era muy divertido. De esa experiencia yo quise ser sacerdote, así como muchos”, confiesa Feijoo.

3.PARA VIVIR

Recuerda el Papa León que la misericordia para con los pobres se expresa en la parábola sobre el juicio final en que nos advierte que seremos juzgados si dimos de comer y de beber, si acogimos y visitamos al enfermo, pobre o desamparado. Esa es la santidad que agrada a Dios. Y si no lo hicimos seremos rechazados. Son palabras fuertes para vivirla sin excusas: “El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias suyas”, concluyó el Papa.

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