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La banca del Che

Dime a quién admiras y te diré quién eres y qué tipo de sociedad quieres construir.

Sergio Sarmiento

Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”,

Ernesto “Che” Guevara.

Dime a quién admiras y te diré quién eres y qué tipo de sociedad quieres construir. La decisión del morenista Ricardo Monreal en 2017, cuando era jefe delegacional de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, de colocar dos estatuas, una de Fidel Castro y la otra del Che Guevara, sobre una banca en el parque de la Tabacalera, mostró su ideología y sus ideales. “Muchos podrán no coincidir con Fidel o con el Che, pero esta colonia es tolerante”, declaró.

¿Tolerante? No lo sé. El monumento Encuentro, comisionado al escultor Óscar Ponzanelli, fue controvertido desde un principio. Se retiró en 2018 y se reinstaló en 2020. Ha sido objeto de actos vandálicos de protesta. Este 17 de julio la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, postulada por el PRI y el PAN, lo retiró otra vez, argumentando que los vecinos lo habían solicitado y que “las estatuas fueron compradas en el 2017 con recursos destinados para la compra de maquinarias por el entonces delegado Ricardo Monreal con un costo de 600 mil pesos”. De manera irregular, añadió, se encargó el resguardo a una trabajadora de la delegación. El nuevo retiro ha sido igualmente controvertido. El Gobierno de la morenista Clara Brugada ha afirmado que el conjunto se instaló a petición de los vecinos y dijo que el retiro de las estatuas es ilegal porque no obtuvo la autorización del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México, Comaep.

Las dos partes mienten al decir que actúan a petición de los vecinos. Vivo en Cuauhtémoc y a los residentes nunca se nos ha consultado ni en un sentido ni en el otro. La insistencia de Brugada por mantener el monumento, sin embargo, es un intento de quedar bien con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, quien siempre expresó su admiración por Castro y el Che, y por el régimen que construyeron en Cuba.

Tanto Guevara como Castro fueron asesinos inmisericordes. La diferencia es que Fidel ordenaba y el Che mataba. Cuando en 1957 en la sierra Maestra el campesino Eutimio Guerra fue acusado de traición, “Sus compañeros se negaban a pasarlo por las armas. Acabé con el problema dándole en la sien derecha un tiro [.]. Boqueó un rato y quedó muerto. Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”, le escribió a su padre.

Sí, le gustó matar y lo siguió haciendo. Cometió cientos de asesinatos. En 1959 Castro le dio el mando de la prisión de San Carlos de La Cabaña, donde ejecutó a un centenar y se ganó el mote de Carnicero de la Cabaña. En 1964 declaró en las Naciones Unidas: “Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”. También era homófobo. A muchos homosexuales los recluyó en el campo de trabajos forzados de Guanahacabibes para “curar” su homosexualidad.

Castro estableció un régimen autoritario que nunca ha tenido elecciones democráticas. A lo largo de las décadas unos 2.5 millones de ciudadanos huyeron del país, que en 1959 tenía 6.8 millones de habitantes y era uno de los más prósperos de Latinoamérica. Su economía se desplomó, de lo cual Fidel siempre culpó a los “yanquis”, pero no sabemos cuánto, porque el Gobierno ha ocultado sistemáticamente la información.

López Obrador, sin embargo, mantenía que Cuba era un ejemplo. Invitó al actual presidente Miguel Díaz-Canel a ofrecer un discurso en el desfile de Independencia de México del 16 de septiembre de 2021. Hoy sus seguidores se molestan por el retiro del monumento al Che y a Fidel porque no es sólo una pieza de bronce, sino una expresión de su proyecto de nación.

AIFA

Molesto porque su aeropuerto, el AIFA, no despegaba, López Obrador ordenó que se mudaran a él las operaciones de carga del AICM, generando costos innecesarios y problemas de logística. Hoy Trump responde con sanciones a las aerolíneas mexicanas.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com