En el funeral del Papa
Antes de morir, el papa Francisco dejó un regalo para agradecer a la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Jesús y a los profesionales del Policlínico Universitario Gemelli los cuidados que le dieron durante su último ingreso al hospital

1) PARA SABER
El 26 de abril tuvo lugar en la Plaza de San Pedro la misa de funeral del papa Francisco, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, cardenal Giovanni Battista Re. Ante una plaza que estaba completamente llena, hizo un repaso del legado pastoral del Pontífice. Comentaba el cardenal Re que el papa Francisco conservó siempre su temperamento y su forma de guía pastoral, estableciendo un contacto directo con las personas, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad, en particular por los últimos de la tierra, los marginados.
Fue un Papa con el corazón abierto hacia todos. Con un vocabulario que le era característico, rico en imágenes y metáforas, buscó iluminar con la sabiduría del Evangelio los problemas de nuestro tiempo, ofreciendo una respuesta a la luz de la fe y animando a vivir como cristianos los desafíos de estos años de cambio. Tenía gran espontaneidad y una manera informal de dirigirse a todos, incluso a las personas alejadas de la Iglesia.
Lleno de calidez humana y profundamente sensible a los dramas actuales, el papa Francisco realmente compartió las preocupaciones, los sufrimientos y las esperanzas, buscando consolar y alentar con un mensaje capaz de llegar al corazón.
2) PARA PENSAR
Antes de morir, el papa Francisco dejó un regalo para agradecer a la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Jesús y a los profesionales del Policlínico Universitario Gemelli los cuidados que le dieron durante su último ingreso al hospital: Dos imágenes de la Virgen de Luján. La imagen fue preparada por petición del papa Francisco y luce el habitual manto con los colores blanco y celeste de la bandera de Argentina. Se le entregó a la rectora del hospital, Elena Beccalli, cuando fue a rendir su último homenaje al Pontífice.
Cuando el papa Francisco acudió la última vez al hospital, agradeció a todos, asegurando su oración por cada uno y pidiendo oraciones por él. Luego el Papa se dirigió a la rectora Beccalli, en un gesto que retrata su buen humor al decir: “Cuando las mujeres mandan las cosas van bien”.
3) PARA VIVIR
Recordó el cardenal Giovanni Battista que el papa Francisco tuvo la convicción de que la Iglesia es una casa para todos: Una casa de puertas siempre abiertas; decía que la Iglesia es como un “hospital de campaña” después de una batalla con muchos heridos; una Iglesia deseosa de hacerse cargo de los problemas de las personas y capaz de inclinarse ante cada persona, más allá de todo credo o condición, sanando sus heridas.
Como un gesto pacificador y un llamado a la justicia quiso celebrar una Misa en la frontera entre México y Estados Unidos. Comentó el Cardenal que a pesar de tener el corazón triste, nos sostiene la certeza de la fe, que nos asegura que la existencia humana no termina en la tumba, sino en la casa del Padre, en una vida de felicidad que no conoce el ocaso. Como afirmaba el papa Francisco, la muerte no tiene la última palabra porque Cristo ya la venció.
Al final de su vida, el papa Francisco convocó el Jubileo de la Misericordia, destacando que la misericordia “es el corazón del Evangelio”, en que Dios no se cansa de perdonarnos, perdona siempre.
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