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Efecto rebaño

No hay duda de que las encuestas se han vuelto más inexactas en los últimos años, y no sólo en México, sino en muchos países.

Sergio Sarmiento

Una encuesta de opinión no sustituye al pensamiento”,

Warren Buffett.

En una presentación ante el Consejo Nacional Agropecuario este 21 de mayo la candidata presidencial de oposición Xóchitl Gálvez presumió el resultado de una encuesta supuestamente de Citibanamex que la colocaba en primer lugar en las preferencias electorales con 40.2% frente a 39.6% de la candidata oficialista Claudia Sheinbaum.

El problema es que la información era falsa. Para empezar, Citibanamex no hace sondeos electorales, que sepamos. Los ejecutivos de la institución sí presentaron a clientes, en una reunión privada, encuestas realizadas por firmas profesionales. Virtualmente todas mostraban a Sheinbaum muy adelante; pero una, la de Massive Caller, señalaba esa pequeña ventaja para Gálvez.

Las encuestas han colocado a Sheinbaum en un cómodo primer lugar desde el principio de la contienda. En la actualidad, la candidata oficialista está adelante por más de 20 puntos porcentuales, según el agregador de polls.mx. Los resultados de Massive Caller son atípicos. Los seguidores de Gálvez afirman, sin embargo, que todas las encuestas están amañadas, menos la de Massive Caller; los encuestadores profesionales o tradicionales, en cambio, son unánimemente críticos de la metodología de Masive Caller. “De hecho, no tiene metodología”, me dice uno.

No hay duda de que las encuestas se han vuelto más inexactas en los últimos años, y no sólo en México, sino en muchos países. Los xochilovers afirman que todos los encuestadores tradicionales se equivocaron en las elecciones de 2023 en el Estado de México, excepto Massive Caller. Apuntan también que ha habido errores importantes en las encuestas tradicionales en países como Argentina o Türkiye. Y quizá sea cierto, pero un error de 20 puntos porcentuales o más sería inusitado, incluso en estos tiempos aciagos para los encuestadores profesionales.

Varias razones explican las fallas de las encuestas. Una es el creciente rechazo de la gente a aceptar llamadas o visitas de encuestadores, que sufren para reunir todas las entrevistas que se requieren para un estudio de intención de voto debidamente ponderado. En México, además, muchas personas tienen miedo de responder la verdad sobre temas electorales. El Gobierno y sus partidos han hecho campaña con la amenaza de que los gobernados podrían perder sus programas sociales si votan por la oposición; mentir en las encuestas podría ser una forma racional de proteger los subsidios de la familia.

Creer que la contienda presidencial está reñida, por otra parte, se ha convertido en un dogma de fe para los simpatizantes de Xóchitl. Cuando algún comentarista cita las encuestas y advierte la ventaja de Claudia se expone a cuestionamientos e insultos. La oposición se ha vuelto tan cerrada como la Cuarta Transformación.

La experiencia nos dice que las posibilidades de un triunfo de la oposición aumentan con la participación del electorado. Cuando pocos electores acuden a las urnas, las maquinarias de los partidos dominantes pueden manipular más fácilmente el resultado. Si la participación es alta, los votos que obtienen estos partidos se diluyen.

Algunas encuestas, es verdad, son francas herramientas de proselitismo. Muchos políticos piensan que los electores carecen de independencia y están seguros de que sufragarán por quien esté adelante. Lo llaman el “efecto rebaño”, descripción que revela el desprecio que le tienen al pueblo bueno y sabio. En un país que ha tenido alternancia en tres de las últimas cuatro elecciones presidenciales, sin embargo, esta idea parece cuestionable. Quizá el ciudadano mexicano se está volviendo independiente ante el ogro filantrópico. Veremos qué pasa este próximo 2 de junio.

Palestina

Noruega, Irlanda y España reconocerán el Estado palestino el próximo 28 de mayo. Es una decisión correcta. No se puede pedir una solución de dos Estados en la región si se rechaza el reconocimiento a una entidad política que ya es una realidad. Israel tiene derecho a existir y a defender su seguridad; Palestina también.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com

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