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Nuevo desorden mundial

Israel atacó un consulado iraní en Siria, matando a siete personas, y no hubo una condena unánime en la ONU. A ese ataque, Irán respondió el sábado pasado.

Genaro Lozano

Israel atacó un consulado iraní en Siria, matando a siete personas, y no hubo una condena unánime en la ONU. A ese ataque, Irán respondió el sábado pasado, avisándole a Israel y lanzando drones, sin ni una sola muerte. El ejército israelí viola el Derecho internacional humanitario al asesinar a civiles y a trabajadores de una organización humanitaria y no hay múltiples demandas en la Corte Penal Internacional. Desde la caída del Muro de Berlín el mundo está en una larga y peligrosa reconfiguración, un nuevo orden internacional. Hoy esto parece más un desorden en el que reina la anarquía.

A principios de los años noventa, EU el mundo estaba en la transición de un sistema bipolar, con la confrontación de dos potencias nucleares, a uno unipolar en el que no se veía aún un actor que pudiese confrontar la hegemonía estadounidense. El modelo de democracia liberal y libre mercado había triunfado. Europa estaba encaminada a una profundización de su unión y a una ampliación para integrar a las dos Alemanias y a Europa Central, mientras que América del Norte iniciaba la integración de sus tres economías. Hay autores que ven realmente que esta hegemonía estadounidense fue la clave del siglo XX y la denominan “Pax Americana”, pero esta idea ignora o minimiza que la mitad del mundo vivía bajo otro modelo y esa “pax” también tuvo múltiples conflictos.

Estamos en un cambio de era, en la construcción de un nuevo sistema en el que algunos actores estiran la liga y reacomodan sus intereses. Milosevic fue quizás el generador de la primera gran disrupción o amenaza. La guerra de Bosnia, en 1992, presentó el primer desafío en esa naciente era. Milosevic fue llevado ante la justicia y el fantasma de la guerra en Europa desapareció. El genocidio en Ruanda, en 1994, otra de las pruebas en esa nueva era en construcción. El refortalecimiento de los nacionalismos, la xenofobia y la emergencia climática entraron en choque con las necesidades de un mundo globalizado.

El nuevo milenio empezó un dramático ataque y la guerra contra el terrorismo marcó los siguientes 16 años. A la ocupación de Afganistán, con la venia del Derecho internacional, le siguió la ocupación ilegal de Iraq. En ambos casos la construcción de un nuevo Estado y la imposición democrática fallaron. EU dio retirada y mostró su vulnerabilidad. En ese nuevo momento, Rusia, con un hombre fuerte al mando desde el 2000, lanzó el máximo desafío con la invasión de Ucrania. Ni EU, inmerso en una descomposición política interna, ni Europa, dependiente de energía y sin el poder suficiente, pudieron contener a Putin. La invasión de Ucrania lleva más de dos años y no se le ve fin. La apuesta parece ser el desgaste ruso.

Rusia es una amenaza al sistema internacional. Violentó la soberanía de Ucrania, asesina a opositores, no hay elecciones competidas y restringe derechos a las minorías. Su capacidad bélica es donde está su enorme poder disruptivo.

Israel es la otra amenaza al sistema internacional. El ataque terrorista de Hamás contra civiles israelíes ha sido el pretexto para la respuesta absolutamente desproporcionada de Netanyahu. Prácticamente no hay día en que no sepamos que el ejército israelí violó el Derecho internacional humanitario al atacar hospitales, asesinar civiles o no permitir el acceso de ayuda humanitaria. Hoy el mundo voltea a ver a Israel para ver cuál será su respuesta ante Irán y con ello si se contiene o expande la guerra en Gaza.

Hace apenas 20 años un Presidente de EU afirmaba que había un eje del mal conformado por Irán, Iraq y Corea del Norte. George W. Bush dejó el peligroso antecedente de la doctrina de los ataques preventivos. Todos los días hay una nueva amenaza global o algún país viola el Derecho internacional, como recientemente hizo Ecuador al asaltar la Embajada de México. Sin embargo, en este nuevo desorden mundial Rusia e Israel son hoy los agentes desestabilizadores. Este cambio de era es tan incierto como peligroso.