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Filete de pitón

Quizás la provisión de proteínas a los hogares sea el rubro alimentario más costoso y con frecuencia el menos disponible y esto explica las serias desventajas en el desarrollo físico e intelectual de amplios grupos de la población.

Las proteínas son un ingrediente fundamental en la alimentación de los ocho mil millones de personas que habitamos el mundo y en buena medida provienen de fuentes animales como las carnes, el pescado, el huevo y la leche aunque también nos las aportan diversos vegetales. El aporte nutricional de las proteínas es indispensable para la vida pues, entre muchas otras tareas, mantienen nuestra masa muscular, intervienen para nuestra inmunidad o “defensas”, participan en la reparación de nuestros órganos y tejidos, son fuente de energía y son indispensables para el desarrollo de los niños antes y después de nacer. Quizás la provisión de proteínas a los hogares sea el rubro alimentario más costoso y con frecuencia el menos disponible y esto explica las serias desventajas en el desarrollo físico e intelectual de amplios grupos de la población. Por otra parte, la obtención de proteínas de los animales como la carne de res, el puerco y el pollo implica alto consumo de agua para el riego de los campos de cultivo de su forraje así como para el consumo hídrico directo por los mismos animales: Todo esto supone una serie de riesgos para el entorno y el cambio climático. Si bien es cierto que la producción artificial de carnes para aporte proteínico es una realidad en el laboratorio, falta aún mucho para que esto sea una realidad industrial en términos de producción suficiente y mercado. En este escenario de crisis global actual o próxima de proteínas, se atisba ya una fuente natural alternativa de carne para la alimentación humana y esta es la producción masiva de serpientes en criaderos especiales, concretamente en granjas de cultivo de pitón, enorme serpiente de hasta siete metros de largo y 95 kilogramos de peso. Hoy en Vietnam y Tailandia ya se está trabajando en granjas de pitón para saber si cuando este es cultivado en ambiente controlado rinde igual en términos de peso y desarrollo que el pitón silvestre y para sorpresa se observado en esos criaderos experimentales que el pitón de granja crece muy rápido y, además, que es una especie muy resiliente ya que puede pasar varios meses sin comer sin que eso le ocasione ninguna perturbación significativa y con buena recuperación; en este asunto debe considerarse que las serpientes son “ectotermos”, es decir, de temperatura controlada por el entorno exterior y por eso son de sangre fría lo que significa un buen ahorro de energía que no se invierte en mantener cálido su cuerpo como ocurre comúnmente en los mamíferos y las aves, y esa energía residual disponible se invierte en una formación más acelerada de la masa corporal del reptil. El herpetólogo -es decir, especialista en serpientes y anfibios- Dan Natusch comentó hace unas semanas a la redactora científica Meghan Bartels de Sicentific American, que tales observaciones se descubrieron “como un hallazgo colateral” y han considerado que esas características de esta enorme serpiente supondrían una notable ventaja frente a la inestabilidad económica y medioambiental que ya se atisba a nivel global. El citado especialista dijo textualmente que “cultivar pitones podría ser un gran aporte para resolver la falta de proteínas para buena parte del mundo que ya sufre una grave deficiencia de proteínas”, en referencia sobre todo al África. Para que estas propuestas se conviertan en una solución real y práctica habrá que continuar estudios cuidadosos sobre el comportamiento de la nutrición del pitón y las características de su carne cuando es cultivado en ambiente controlado y, además, explorar cómo Occidente puede ir aceptando la carne de serpiente como una opción cotidiana como lo es ya en algunos sitios de Asia donde prolifera la variedad de platillos a base de carne de pitón. Y a propósito, los investigadores señalan que algunos sitios de América Latina tienen las condiciones naturales para la producción industrial de carne de pitón, aprovechable tanto para la alimentación de la región como para su propio desarrollo económico. Cuando uno se entera de estas ingeniosas iniciativas, el espectro incierto del futuro deja de ser tal y surge en cambio un motivo de optimismo y de confianza.

Jesús Canale

Médico cardiólogo por la UNAM.

Maestría en Bioética.