Viaje familiar para ver al León en Tijuana, se convierte en pesadilla por porra de Xolos

Tijuana, B.C.- Un viaje familiar para disfrutar de un partido de futbol, se convirtió en una pesadilla.

Porfirio Cervantes, uno de los aficionados del León que vivió momentos de terror producto del ataque de la porra de Xolos, ‘La Masakr3’, se comunicó con FRONTERA para compartir lo sucedido en el Acceso 1 del Estadio Caliente minutos antes de que iniciara el partido.

Su papá (Enrique Cervantes de 51 años) fue la persona que estaba sentada en el piso luego de ser golpeada y a la cual, un integrante de la barra, todavía le dio una patada en la cabeza y lo hizo perder el conocimiento (pasó la noche en el hospital y pudo ser dado de alta durante el sábado).

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“Nosotros íbamos en familia, no intentamos provocar, íbamos con bandera blanca”, recalcó para diferenciarse de una porra o grupo de animación visitante, los cuales, en papel, están prohibidos en la Liga MX.

Cuando el grupo de animación hacía su caravana, corrieron hacía las personas con camisetas verdes que estaban en la fila. “Corrían como drogados, sus caras de generaban pánico”, mencionó. “Son inconscientes, les valió que hubiera mujeres y niños”.

Derribaron las vallas de seguridad y el personal del estadio prefirió cerrar las puertas del Caliente. “No hay acceso, el estadio está cerrado. ¿Cómo que está cerrado?” recordó Porfirio sobre el diálogo con el personal del estadio. Empujó la puerta para ingresar junto a su esposa e hijos, pero otra parte de su familia fue agredida en la explanada.

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De las 23 personas que hicieron el viaje de León a Tijuana, cuatro necesitaron atención médica. Su papá y su primo (con cinco puntos de sutura en la cabeza) pasaron la noche recibiendo atención médica. “Para quiénes digan que saldo blanco, esto no es saldo blanco”, enfatizó.

Hubo cero seguridad, sin una patrulla, ni gente que ponga el orden. Yo pienso que deberían de invertir más en seguridad”, apuntó.

Dijo que valoraban tomar acciones legales por lo sucedido, pero primero querían un poco de paz luego del tormento vivido.