‘Ha sido lo peor que me ha pasado en la vida’
Para Octavio Moreno Hernández, diagnosticado con Covid-19 en Tijuana, la travesía ha sido larga debido a las carencias en los hospitales públicos.

Tijuana, BC.-Lo que inició hace 25 días como una simple tos seca se convirtió para Octavio Moreno Hernández en la peor experiencia de su vida tras ser diagnosticado con Covid-19 en Tijuana.
En un principio creyó que se trataba de una tos por las “cheves” que había tomado días antes en reuniones sociales, pero llegó un punto en el que ya no podía dormir e inclusive llegó a escupir sangre.
Fue entonces que se preocupó y se realizó unas radiografías que revelaron que tenía síntomas de neumonía atípica, razón por la que se internó en el Hospital General de Tijuana (HGT) el martes 31 de marzo.
“En el Hospital General viví cosas muy feas, no por desatención sino por cosas que nunca te imaginas que vas a pasar en tu vida, como que tu compañero de al lado muera, que tengas que desayunar a lado del cadáver”, declaró.
El 1 de abril le realizaron la prueba, pero al ser un caso sospechoso estuvo aislado en sala con pacientes confirmados de covid-19, con quienes tuvo que compartir baño sin jabón para lavarse las manos o gel antibacterial.
Ante este panorama decidió regresar a su casa donde estuvo dos días, pero por el riesgo de contagiar a su esposa o hija, quien recientemente cumplió 9 años de edad, decidió buscar otras opciones en hospitales privados.
Necesitaba 160 mil pesos para poder seguir internado en un hospital privado, pero al no poder conseguir el dinero tuvo que ser trasladado a la Clínica 20 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en donde estuvo dos días.
“Lo que dice Eugenio Derbez es completamente real, muchos doctores se bajaron del barco, muchos enfermeros se fueron a sus casas argumentando que tenían defensas bajas. Los enfermeros no estaban capacitados, me checaron la presión arterial con el mismo aparato con el que checaban a otros”, comentó.
Aseguró que también en este lugar hace falta material de protección y ventiladores, por lo que de nueva cuenta tuvo que ser trasladado al HGT, en donde al no haber camas disponibles tuvo que dormir durante dos días en una silla.
Después le fue asignada una cama y al avanzar en el tratamiento fue dado de alta el sábado 11 de abril y actualmente se encuentra en su hogar, en un cuarto aislado sin convivir con su familia para evitar cualquier posible contagio, por lo que come en platos desechables y su ropa sucia la lavan separada.
“Ha sido lo peor que me ha pasado en la vida, yo no sabía si iba a despertar al día siguiente, estas incomunicado, tu familia no te puede ver”, expresó.
Aunque pensó en ser voluntario en el HGT porque falta gente para alimentar a los enfermos, dijo que no quiere que su familia vuelva pasar por el infierno que vivieron en las pasadas semanas.
Octavio afirmó que a la fecha desconoce cómo se contagió, pero cree que fue una persona asintomática, porque aseguró que sí tomaba las medidas preventivas que recomendaban las autoridades de salud.
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