Registra BC solo el 1.5% de gente analfabeta
Las personas que no saben leer a veces tratan de ocultarse o tienen vergüenzade ser <br />descubiertos.

MEXICALI.- El saber leer y escribir es quizá, una de las prácticas que damos por hecho que toda persona a nuestro alrededor sabe hacer, pero la verdad es otra cuando las pocas oportunidades son evidentes.
En Baja California, a pesar de ser uno de los Estados con sólo 1.54% de analfabetismo en México, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el pequeño pero significativo porcentaje de quienes no saben leer y escribir viven ocultos entre el miedo y la vergüenza.
Aquí presentamos la historia de tres mujeres quienes, sin conocerse mucho, las une algo en común: las ganas de conocer y reconocer el mundo a través de las letras.
Estas son sus historias.
Dando el primer paso
Eran la 3 de la tarde y en una pequeña aula del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) se podía observar a tres mujeres quienes miraban al pizarrón con atención. Ellas, con libreta en mano, apuntaban cada palabra e intentaban repetirla en voz alta.
Lucia Mendoza, madre de jóvenes ya con licenciatura y alumna desde hace siete meses, comentaba que esto de aprender a leer es algo completamente nuevo para ella, pues en su natal Sinaloa no tuvo la oportunidad de estudiar.
Hermana de siete, comentó que sólo un hermano varón es quien sabe leer de todos ellos, pues sus papás en su momento no vieron necesario que aprendieran a hacerlo.
“Mis papás eran de rancho y pues como ellos no aprendieron no se preocuparon por llevarnos a la escuela, cosa que yo sí hago con mis hijos, pues ya fuera caminando ellos tenían que estudiar.
“Una de mis hijas me dijo que por qué no aprendí cuando ellos iban a la escuela y así no estuvieras batallando, pero cuando uno no sabe leer todo le da pena y pues no te ofrecen trabajo.
“Pero como ya estoy llegando a una edad donde mis hijos ya están grandes y estudiados, yo quiero saber qué se siente saber leer, pues solo aprendí a escribir mi nombre”, expresó.
Si tú vas yo voy
“Si tú vas yo voy”, fue lo que le dijo su hija de Educación Especial a la señora Nora Isela, quien no tiene ni el mes de estar asistiendo a las clases, pues desea ser un ejemplo para su hija.
Nora indicó que durante sus 35 años de edad, tenía años de haberse negado la oportunidad de aprender a leer y escribir, pues por mucho tiempo trabajó solamente para sostener sus problemas con el alcohol.
“Cuando era niña yo vivía con mi abuela y al fallecer ella, dejé la escuela, me deprimí y me puse a trabajar a los 9 años de edad empacando verduras.
“Tenía que trabajar para sobrevivir, y pues yo recaí con la cerveza, trabajaba para pagar mi vicio y me olvidé completamente de estudiar, pues vivir con mi abuelita fue muy importante para mi.
“Pero ahora ya estando más grande me estoy dando la oportunidad, porque es muy feo sentir que no puedes leer, te sientes inútil y quiero que mi hija vea que sí se puede, que podemos aprender juntas”, expresó.
Perdiendo el miedo
Jessica Saucedo, quien de las tres señoras es la más avanzada del grupo, comentó que haber terminado el libro de actividades ha sido un orgullo para ella, pues no creía que pudiera aprender a leer y escribir.
Jessica dijo que al venir de una familia de escasos recursos, sólo llegó hasta segundo año de Primaria y la escuela no era lo suyo, pero ahora que mira el mundo con otros ojos, la experiencia de vida es distinta.
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