Prefiere los videojuegos sobre todas las cosas
Joaquín es un joven de 19 años de edad, quien es originario y residente de Tijuana, soltero, vive con sus padres y su hermana menor. Actualmente no trabaja y abandonó la carrera de Arquitectura en el segundo semestre hace cuatro meses.
Se comenta que el problema empezó hace más de un año cuando Joaquín ingresó a estudiar la licenciatura de Arquitectura, ya que debido a lo flexible de su horario, él contaba con algunos días libres y el horario era más relajado que en la preparatoria, por lo que empezó a jugar un videojuego en línea a sugerencia de sus amigos.
Al principio él no estaba seguro de jugar ya que su tiempo lo destinaba a estar con su pareja, salir con sus amigos o practicar beisbol, pero fue tanta la insistencia de sus conocidos, que Joaquín para no sentirse excluido decidió empezar a jugar. Lo primero que le agradó fue que este programa era gratuito y no tenía que pedir dinero a sus papás; lo segundo, que podía jugar con muchas personas de otros países y por último que él elegía a su personaje, lo que le brindaba las habilidades y armas, además de contar con la posibilidad de aumentar el nivel conforme jugaba.
Al inicio destinaba media hora, máximo una hora, pero con el paso de las semanas le fue agradando la sensación de jugar, por lo que empezó a utilizar más horas en particular los fines de semana y días libres y con ello a dejar de realizar algunas tareas ya que le generaba malestar no estar jugando.
Cuando se encontraba en sus clases se la pasaba pensando en el juego, deseando llegar a su casa y prender su computadora para volver en el nivel donde se había quedado. Abandonó el beisbol, dejó a un lado sus amistades y sacrificó su relación por el juego.
Fue tanta la presión y la necesidad por el juego, que decidió dejar unos meses la escuela debido a que ya no rendía, ya que jugaba jornadas diarias de 10 hasta 14 horas, omitía algunas comidas y su sueño se afectó. A su familia al principio no le importó, lo veía como algo normal, pero estas últimas semanas han notado que se encuentra encerrado en su cuarto, no convive con ellos, no se arregla y ha bajado de peso por sus malos hábitos dietéticos; todo por encontrarse frente a la computadora la mayor parte del tiempo.
Revisando el caso de Joaquín encontramos que padece una enfermedad que ha sido descrita recientemente, el trastorno de juego por Internet. Esta es una variedad de enfermedad de las llamadas adicciones conductuales, las cuales se caracterizan por la presencia de conductas que se vuelven indispensables para la persona, pero que les provocan un importante malestar en su vida diaria.
La primera de las adicciones conductuales descrita fue el juego patológico, aquellas personas que presentan problemas en su vida debido a la manera que se involucran en apuestas. Otras conductas potencialmente adictivas pero que no han sido descritas de manera oficial son las compras, la conducta sexual, el uso de teléfono de manera excesiva.
En el trastorno de juego por Internet la persona se encuentra la mayor parte del día jugando, volviéndose dicha actividad la más importante, abandonando otras tareas y responsabilidades. La persona al inicio destina unos minutos para el juego, pero con el paso de las semanas va aumentando la cantidad de tiempo para sentirse bien.
En esta enfermedad algunas personas juegan para no pensar cuando tienen problemas o no sentirse tristes, como una manera de escape. El juego se vuelve tan indispensable que la persona no deja de pensar en él, ya sea en la escuela o en el trabajo sigue la idea del juego, dificultando que se concentre y decidiendo abandonar para continuar jugando.
El tratamiento de esta enfermedad es través de una valoración por parte de un profesional de la salud mental, con terapia sicológica y medicamentos que ayudan a aliviar el malestar emocional que la persona esté presentando.
En el Hospital de Salud Mental de Tijuana AC. contamos con el personal de siquiatría y sicología capacitado para la detección y tratamiento del trastorno de juego por Internet. Recuerde que lo más importante es reconocer cuando uno necesita ayuda, la peor ayuda es aquella que uno no busca.
Estos casos están basados en historias reales, pero los nombres y datos personales han sido modificados, la intención es apoyar a aquellas personas que se identifiquen con ellos.
“Esta publicación se encuentra registrada con el nombre Expediente Psiquiátrico: Casos Clínicos Psiquiátricos del Hospital de Salud Mental de Tijuana, bajo el número 04-2017022311275200”.
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