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El Imparcial / Tijuana / Caravana Migrante

Optan 100 migrantes centroamericanos por quedarse en Tijuana

Más de 100 migrantes centroamericanos de la Caravana Migrante decidieron quedarse a vivir en Tijuana mientras esperan otra oportunidad para iniciar su trámite de asilo humanitario en Estados Unidos.

Las que sí lograron iniciar ese proceso fueron 228 personas de El Salvador, Honduras y Guatemala, quienes tienen un nuevo reto: Aprobar la entrevista ‘De Miedo’ para presentar sus motivos de huida de sus países y convencer a los agentes migrantes estadounidenses que merecen una oportunidad de vivir en la Unión Americana.

Este proceso podría tardar días, semanas hasta más de siete años, riesgo que aceptaron los centroamericanos, informó Alejandro Mansing, coordinador del colectivo Pueblo Sin Fronteras.

Así, varias familias tomaron la difícil decisión de separarse para conseguir su objetivo de ingresar de manera legal a Norteamérica.

Ese fue el caso de Melvin Cevallos, originario de Honduras, quien se despidió de su bebé y esposa, y a quien le duele recordar ese momento.

“Nos hicimos una promesa. Yo le dije que pronto íbamos a estar juntos, pero la verdad no sé, las cosas no han sucedido como las pensamos. Pero mi esperanza es volverlos a ver y reencontrarnos”, platicó.

Melvin tiene la expectativa de vivir y trabajar en Tijuana, y aseguró que jamás regresaría a Honduras, pues sería condenarse a morir en manos de las pandillas de la ‘Mara Salvatrucha’.

Por su parte, Sara, también hondureña, recordó que este último mes ha sido el más difícil de sus 30 años, pues tuvo que aprender a sobrevivir a la persecución de los sicarios, hambre y clima.

“Tuve que sobrevivir para poder cobijar a mis niños. Muchas veces me sentía impotente porque no pude restablecer la salud de mis hijos”.

Asimismo, Sara contó que ayer fue un día doloroso, porque ella y su esposo tuvieron que echarse un volado para elegir quién iniciaría su proceso de asilo humanitario.

“Nos pusimos a pensar quién de nosotros y de nuestros cuatro hijos era el más vulnerable. Decidí que era mi esposo y mi bebé de 3 años, porque ya no lo quiero tener sufriendo, no es justo que él duerma en la calle. Yo lo único que le pedí a mi esposo fue que me cuidara a mi niño, porque nunca se ha separado de mí. Deseo que mi niño sepa que es por su bien”.

De esta manera el campamento de la Caravana Migrante que se instaló desde la tarde del domingo en la entrada de El Chaparral ayer fue levantado, entre despedidas y esperanzas renovadas por querer entrar a Estados Unidos.

Los nuevos residentes centroamericanos serán reubicados en los albergues Movimiento Juventud 2000, Viña de Tijuana, entre otros, quienes recibirán asesoría legal de parte de los expertos en migración de la asociación civil Del Otro Lado, a cargo de Nicole Ramos.

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