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El Imparcial / Tijuana / Expediente siquiátrico

'Nadie me amará nunca'

‘Claudia’ en un acto impulsivo atentó contra su vida ingiriendo una mezcla de medicamentos, pero antes de hacerlo, le envió a su ex pareja un mensaje por redes sociales despidiéndose de él y culpándolo por haberla abandonado.

Historia del padecimiento

Claudia es una mujer joven de 24 años que llegó al Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C., después de atentar contra su vida y al ser encontrada por su ex novio que decidió llevarla a urgencias donde una vez estabilizada fue internada para ser tratada.

Una vez estable, se indagó acerca de la percepción que tiene de las personas que la rodean y de los apegos que genera. Es importante aclarar que los rasgos de personalidad generalmente son rígidos y difíciles de cambiar más aún si no se tiene un apoyo terapéutico.

Claudia refería sentirse poco comprendida por los demás y no entendía por qué la mayoría de la gente se alejaba de ella, generalmente culpándolos de haberla abandonado, recordaba además, que este sentimiento lo percibió por primera vez cuando sus padres se divorciaron y no volvió a saber más de su papá, creando en ella la creencia que las personas que amaba la abandonarían, lo que la llevó a tener una actitud de demanda ante la gente, queriendo tener bajo su control las circunstancias y relaciones, por lo que ante tal actitud las personas se terminaban alejando. Claudia busca el afecto de sus parejas, pero ante el miedo de ser abandonada lleva a cabo conductas de sabotaje, incluso fue infiel a su ex pareja con su mejor amigo, lo anterior llevado a cabo a manera de impulso, porque días antes se había enterado de que su ex no la había invitado a una fiesta familiar, creando en ella la percepción de no ser valiosa para él y una vez realizado el acto, ante la culpa generada lo confesó y este decidió dar por terminada la relación, lo que la provocó al acto suicida.

Pero esta situación no era la primera vez que sucedía, ya que desde su adolescencia había tenido problemas con las personas con quienes se relacionaba, incluso acepta haber llevado a cabo conductas manipuladoras para mantener a las personas con ella, como constantes amenazas de daño o conductas de riesgo, estas, al inicio daban resultado, pero una vez que la conocían terminaban por retirarse, lo cual le ocasionaba profunda tristeza y sobre todo la percepción de no ser valiosa y que su vida no tenía sentido.

Análisis del caso

En el caso de Claudia, su personalidad tiene características específicas que dan la impresión de tener trastorno límite de la personalidad, el cual implica una serie de síntomas como esfuerzos frenéticos para evitar el abandono, relaciones interpersonales inestables que alternan entre la idealización y la devaluación, autoimagen distorsionada e inestable, conductas impulsivas, como gasto excesivo, sexo no seguro, abuso de sustancias o conducción temeraria, comportamiento suicida y automutilación, períodos de intenso estado de ánimo depresivo, irritabilidad o ansiedad, sentimientos crónicos de aburrimiento o vacío, ira inapropiada, intensa o incontrolable, síntomas disociativos.

Los trastornos de personalidad pueden llegar a afectar hasta el 3% de la población general, es decir, de cada 100 personas tres pueden padecerlo, incluso sin tener un diagnostico siquiátrico, pero no por ello, se exentan de los problemas que implican padecerlos, más aun, estos trastornos suelen ser egosintónicos, es decir que la persona no es consciente de ello, presentando problemas en las relaciones sociales y afectivas culpando a los demás de sus problemas y ante ello generar muchas dificultades para tener relaciones duraderas y de calidad en todas sus esferas vitales y debido a que no logran darse cuenta y no se responsabilizan, generalmente no piden ayuda, hasta que su condición genera síntomas depresivos o ansiosos o incluso su integridad o vida propia o las de otros está en riesgo.

Una vez que se identificó lo anterior y se estableció el tratamiento farmacológico correspondiente prescrito por el médico siquiatra, se empezó a identificar las creencias de Claudia con respecto a los apegos que crea con las personas, para después reestructurarlas por medio de técnicas cognitivas, lo que le permiten resignificar dichas creencias, permitiéndole crear percepciones adaptativas y con ello crear formas sanas para establecer apegos. Este proceso no es sencillo, ya que implica disciplina y voluntad, pero sin duda Claudia se responsabilizó y hoy está más estable y presenta una mejoría en su estado de ánimo, así como en sus relaciones interpersonales.

* Estos casos están basados en historias reales, pero los nombres y datos personales han sido modificados, la intención es apoyar a aquellas personas que se identifiquen con ellos.

Sicólogo Yahvé García

El presente artículo fue escrito por el sicólogo Yahvé García, quien cuenta con una Maestría en Terapia Cognitiva Conductual y labora en el Hospital de Salud Mental de Tijuana A.C.

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