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Madre decide pepenar para mantener a su hija

Debido a la pandemia, Alejandra perdió los dos trabajos que tenía y ante esa situación encontró la manera de subsistir.

Madre decide pepenar para mantener a su hija

TIJUANA, B.C.- La ‘ayuda no me va a caer del cielo’, con esa frase es como inicia su día la señora Alejandra, de 59 años, quien decidió ser pepenadora para llevar el sustento a su hogar luego de perder dos empleos desde que inició la pandemia del coronavirus.

Platicó que antes se desempeñó como checadora en una empresa de transportes y ayudante en un puesto de comida, pero desde hace 11 meses recorre la colonia Francisco Villa en busca de encontrar desperdicios que después pueda vender a las recicladoras.

Así, Alejandra busca entre los botes de basura latas de aluminio, plástico, ropa, juguetes u otro material que pueda sacarle provecho para obtener el dinero de la renta, luz, agua, alimentos y necesidades diarias de su hija de nueve años, quien tuvo que abandonar la primaria por carecer de internet y computadora.

“La necesidad me hizo hacer esto. Ya había intentado buscar otro trabajo, pero no hay lugares. La verdad, hay mucha gente muy abusiva con los salarios, pagan mucho menos, roban horas de trabajo. Mi palabra sería ‘te chacalean’, abusan, con el trabajo y son muy malas pagas”, expresó.

Por ello, Alejandra también busca abrirse paso como pequeña empresaria al vender ropa de segunda mano que encuentra entre la basura, para la cual tarda un día completo para desinfectarla y después ofrecerla en algún sobreruedas donde le den chance.

Un reto constante

Mencionó que en lo que va del Covid-19 también se ha expuesto a sufrir la enfermedad, pero lo que más le duele son las críticas por encontrar en la basura una fuente de trabajo, pues no recibe la ayuda del gobierno.

“Lo que es basurea para una gente es dinero para nosotros, porque de lo que saco lavo, trato de dejarlo lo mejor que puedo para venderlo entre semana en algún lugarcito donde me pueda poner. También saco latas de aluminio, también mal pagado, pero me saca de un apurito, me da de perdida para sacar algo”, dijo la señora.

La pandemia también nos ha afectado en lo moral, porque es encierro, cuidar a mi niña, cuidarme yo misma. Yo salgo por necesidad, no por el gusto de andar en la calle, es la necesidad de andar buscando dinero, agregó.

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