Funerarias: En peligro constante de contagio
Desde mediados de marzo, funerarias como Nueva Jerusalem se han visto obligadas a cambiar el proceso para el levantamiento de cuerpos.

Encontrarse con escenas de personas sin vida, experimentar de primera mano el duelo de los familiares que acaban de perder a un ser querido y acostumbrarse a estar cara a cara con la muerte ya no es lo único con lo que Edgar Lemus tiene que lidiar en una jornada normal de trabajo.
Desde hace casi un mes, Edgar, uno de los encargados de los levantamientos de la funeraria Nueva Jerusalem, trabaja ahora también con la preocupación de contagiarse de Coronavirus (Covid-19) y poner en riesgo a su familia.
Lemus, de 34 años, ingresó a la funeraria Nueva Jerusalem, perteneciente al Grupo Abasolo, en 2016; desde su ingreso se ha desempeñado como uno de los encargados de levantar los cadáveres y trasladarlos a las instalaciones de Servicio Médico Forense (Semefo) o a la funeraria donde serán velados.
Pese a que no tenía experiencia en el ramo forense, desde su segundo día de trabajo se le designó acudir a Semefo por el cuerpo de un hombre que fue asesinado.
Entré un sábado y, como era nuevo, tenía que cumplir mi ciclo de la semana, entré el sábado y el domingo ya estaba en Servicio Médico Forense, fue una gran impresión, ya me había tocado ver un cuerpo después de fallecido, pero ya ver tantos cuerpos, unos con necropsia, otros que acababan de ingresar, es un poco impresionante”, recordó.
Los más de tres años dedicado al levantamiento de cadáveres lo han hecho entender que la muerte es una etapa natural, pero sigue sin acostumbrarse al dolor que provoca.
“Todavía no me acostumbro, miras un bebé, yo tengo hijos, lo primero que se me viene a la cabeza es que puede ser mi hijo; cualquier tipo de casos lo primero que se te viene a la cabeza es que es tu familia, pero es mi trabajo y tienes que ser fuerte”, dijo.
Sin embargo, ni los cientos de cuerpos que ha visto sobre la camilla y las diferentes causas de muerte que ha documentado lo prepararon para la situación que actualmente viven los integrantes del gremio funerario a causa del Covid-19.
Desde mediados de marzo, tanto Edgar como otros empleados de funerarias se han visto obligados a cambiar el proceso con el que se dirigían al momento de hacer un levantamiento.
Si bien siempre ha tratado de hacer su labor de forma profesional por pertenecer a uno de los corporativos que prestan servicio al Poder Judicial del Estado, ahora entiende que se encuentra en peligro constante de contagiarse.
“Sales a un levantamiento y tienes que ponerte el traje adecuado, guantes, porque tú no sabes qué tipo de enfermedad puede llevar el cuerpo; puede que tengas contacto con la sangre y uno nunca sabe si en realidad murió el virus”, manifestó.
Además, al tener hijos pequeños que lo esperan en casa, las medidas de prevención deben ser dobles.
“Tengo varios cambios aquí en la funeraria, cuando voy a hacer el levantamiento, trato de ponerme la ropa que tengo para levantar más el traje; tenemos regaderas, muchas veces antes de salir me baño, me pongo la ropa que no está contaminada”, detalló Lemus.
La situación actual por la pandemia ha tenido como resultado una sobrecarga de procesos; tan solo el viernes, Edgar supervisó dos cremaciones y un traslado al aeropuerto, lo que representa una situación atípica.
MEDIDAS EXTREMAS
Tan pronto se empezaron a registrar los primeros casos de coronavirus en Tijuana, las funerarias fueron notificadas sobre los cambios que se tendrían que aplicar en los diferentes procesos.
El director general de Funeraria Nueva Jerusalem, Héctor Iván Abasolo, afirmó que las medidas de seguridad para los empleados se han visto incrementadas al punto de limitar lo mayor posible la interacción con un cuerpo.
Los servicios que anteriormente permitían a los familiares darle sepultura a un cuerpo de la forma deseada, se han visto limitados a ceremonias en las que solo pueden estar diez personas y que en su mayoría deben terminar con cremación.
“Ahorita la instrucción es no velarlos porque es un foco de infección bastante grande; normalmente una velación, antes del Covid, la estábamos realizando desde las siete de la tarde a las diez de la mañana, toda la noche; ahorita la instrucción es limitar a diez personas los servicios funerarios, evitar la aglomeración en los velatorios”, dijo.
Esas medidas han provocado casos en los que algunas personas llevan a sus familiares al hospital y no los vuelven a ver; deben conformarse con recibir las cenizas en una urna.
“Lo que se quiere hacer es tener el menor traslado del cuerpo, días atrás estaba lleno, se levantaba el cuerpo, lo teníamos bajo resguardo para llevarlo a crematorio, a sepultura, inclusive a un féretro para que la familia se despidiera”, apuntó.
A un poco más de un mes de que el covid-19 llegó a Baja California, aún existe miedo entre los trabajadores de las funerarias, sin embargo, aseguró Abasolo, ha sido un punto de inflexión para mejorar la logística.
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