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El Imparcial / Tijuana / Toros de Tijuana

Despedida legendaria en Tijuana para Oliver Pérez

Los Toros de Tijuana transformaron su último juego en casa del rol regular en el 'Día de Oliver Pérez' 

Tijuana BC.- Oliver Pérez está en una firma de autógrafos en el estadio Chevron y se acerca a conocerlo un niño que juega como pitcher y su nombre también es Oliver. ¿La razón? Su mamá creció admirando al zurdo de Culiacán mientras forjaba la carrera más prolongada de un mexicano en Grandes Ligas. Esa solo sería la primera de muchas sorpresas de un día especial.

Oliver le pondrá punto final a su carrera en la pelota de verano esta temporada y los Toros de Tijuana aprovecharon su último juego del rol regular en casa para convertirlo en un magno evento de homenaje para la leyenda del béisbol mexicano. El plan es escribir la última página juntos con un bicampeonato.

Hasta la lomita fue caracterizada como si fueran las costuras de una pelota con el 29 de Pérez grabado en ella. El relevista no se resistió a la foto del recuerdo. Un par de horas más tarde, en ese mismo sitio era acompañado por su esposa e hijos e invertía los papeles, se convirtió en un receptor por unos minutos para esperar dos lanzamientos más que significativos: el de mamá y papá como ceremonia de Primera Bola del Toros contra Generales de Durango.

En la pantalla del estadio se transmitieron videos que recordaban los mejores momentos de su carrera, obvio no pudo faltar el día de su debut, un 16 de junio 2002 cuando jugaba contra los Padres de San Diego y le tiró cinco entradas a los Marineros de Seattle, ponchó a siete, incluido el primer bateador que enfrentó, Ichiro Suzuki.

Durante el juego, llegó el turno de Oliver de subirse a ese montículo y lo hizo para la sexta entrada con el artista llamado La Pantera de Culiacán entonando en vivo una canción dedicada al lanzador.

El momento emotivo fue cuando todos sus compañeros se acercaron para felicitarlo por su brillante carrera, pero eso desconcentró al zurdo y vivió su momento estelar al retirar la entrada con tres ponches. Cuando salía del terreno hacía el dugout, fiel a su estilo, no tocó las líneas que delimitan el diamante e hizo el ‘Último Salto’.

Por 20 años jugó en Grandes Ligas y el combustible no se acaba, todavía está en plena gira de despedida entre todos sus aficionados en México.

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