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El Imparcial / Tijuana / Cáncer de mama

Cáncer de mama no discrimina

A nivel mundial representa 16% de los tumores malignos diagnosticados y es el más frecuente entre las mujeres.

CIUDAD DE MÉXICO

Violeta tiene el cabello corto. Dice que al principio su imagen le recordaba cuando tenía seis años y su madre la obligaba a cortarse el pelo porque no tenía tiempo para peinarla. De niña amaba las cintas de colores y las coletas, así que cuando los mechones caían al suelo al compás de los tijeretazos, no podía evitar que se le escapara una lágrima. Su madre decía que no era el fin del mundo y tenía razón. Muchos años después, cuando le detectaron cáncer de mama y los mechones volvieron a caer, sintió que todo se acabaría, pero no fue así y el cabello corto se convirtió en un símbolo de su propio poderío.

Violeta muestra con orgullo una herida cerrada sobre su pecho. “Son mis cicatrices de guerra”, dice con una sonrisa retadora que le ilumina el rostro para después narrar la forma en que empezó a vivir en carne propia todos esos términos que alguna vez escuchó de adolescente, cuando su tía fue diagnosticada con cáncer de mama. Las palabras quimioterapia y radioterapia se materializaron dolorosamente en su propio cuerpo y en los momentos más duros se mantenía firme ante la compañía de Ruth, su hija de cuatro años. Sus rituales de vida cambiaron radicalmente, sabe que al cáncer no se le puede perder la pista, pero está lista para todo, incluso para cortarse el cabello casi a rape por puro gusto.

Impacto en México y el mundo

Al igual que otros tipos de cáncer, éste empieza con el crecimiento descontrolado de células, de las localizadas en las mamas, principalmente en los conductos que llevan la leche hacia el pezón o en las glándulas que producen la leche, motivo por el cual es más frecuente su presencia en las mujeres, aunque existen tumores malignos de mama en los hombres, pero son menos comunes.

A nivel mundial, el cáncer de mama representa 16% de los tumores malignos diagnosticados. Es el más frecuente en las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. Según informes de la OMS, en los que conforman este último bloque, está aumentando debido a una mayor esperanza de vida, al crecimiento de la urbanización y al estilo de vida occidental.

Sin embargo, las tasas de supervivencia del cáncer mamario varían mucho en todo el mundo, desde 80% o más en América del Norte, Suecia y Japón, pasando por 60% aproximadamente en los países de ingresos medios. Las bajas tasas de supervivencia observadas en los países poco desarrollados se explican principalmente por la falta de programas de detección precoz, que hacen que un alto porcentaje de mujeres acudan al médico con la enfermedad ya muy avanzada. En México, datos del INEGI muestran que dos de cada 10 fallecimientos femeninos por cáncer se deben a este tipo.

No hay causas directas, pero existen múltiples factores relacionados con el desarrollo de la enfermedad. En el documento El enigma del cáncer, emitido por la OMS, se señala que aunque los científicos empiezan a conocer más acerca de sus causas, aún quedan muchas interrogantes por contestar. Aunque se ha demostrado que los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan el riesgo de que una mujer llegue a padecer el cáncer mamario en algún momento de la vida, se cree que menos de 10% de los casos ocurren en mujeres con estas mutaciones hereditarias. Es así que aún queda por demostrar si existen otras formas de cáncer hereditario, pero como la mayoría de estos tumores aparecen en mujeres que no presentan factores hereditarios de riesgo conocidos, esto ha llevado a los especialistas a diferentes conjeturas sobre otros motivos que desencadenan el proceso.

En el documento citado, el doctor Tim Key, epidemiólogo y experto en cáncer de la Universidad de Oxford, señala que hay factores determinantes en el estilo de vida de las personas, como la obesidad y el consumo de alcohol. “En las mujeres obesas las concentraciones sanguíneas de estrógenos están elevadas porque los adipocitos elaboran esta hormona que estimula el crecimiento de la mayor parte de los tumores mamarios. Por otra parte, el alcohol también eleva las concentraciones sanguíneas de la hormona, y ese podría ser el mecanismo por el cual aumenta el riesgo”. El documento también cita varios estudios recientes que han demostrado que la actividad física puede disminuir el riesgo gracias a la disminución del peso y otros mecanismos inherentes a una vida no sedentaria.

También algunas cuestiones ligadas a la reproducción se consideran factores que podrían propiciar este cáncer. El texto también expone el testimonio del doctor Philip Landrigan, epidemiólogo del Centro Médico Mount Sinai, en Nueva York, y uno de los mayores expertos en los efectos de la exposición a los peligros del medio ambiente, quien señala que mientras más ciclos menstruales tiene la mujer en su vida, mayor es el riesgo de cáncer de mama. En este sentido se considera que las mujeres que tienen hijos a edad más tardía suman un factor de riesgo. Para este especialista, el tratamiento de reposición hormonal y los anticonceptivos orales, ambos fuentes de estrógenos, también podrían ser condicionantes aunque de bajo riesgo relativo.

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