Obliga pandemia a hombre de 63 años a trabajar como 'viene-viene'
Raúl Cortés vive en Tijuana, pero a diario se traslada a Rosarito, pues asegura que en aquel municipio hay mucha gente en situación similar y es más difícil lograr un espacio para sacar unos pesos acomodando carros.

Rosarito, BC.- La pandemia dejó sin trabajo a Raúl Cortés, que a sus 63 años debe ahora dedicarse al oficio de “viene-viene”, para poder llevar dinero a su familia, ya que los bares tienen meses cerrados y en uno de ellos se encargaba de la atención de los sanitarios.
Él vive en Tijuana, pero a diario se traslada a Rosarito, pues asegura que en aquel municipio hay mucha gente en situación similar y es más difícil lograr un espacio para sacar unos pesos acomodando carros.
Dice que en Rosarito le dieron oportunidad de trabajar a las afueras de una tienda de conveniencia, localizada sobre el bulevar Benito Juárez, donde permanece al menos 8 horas diarias para ganar en promedio 150 pesos.
“Me considero un hombre fuerte todavía, pero nadie me da trabajo por mi edad, así es que no me queda más remedio que hacerla de ´viene-viene´, porque el lugar donde trabajaba lleva casi un año prácticamente cerrado”, mencionó.
Su situación comenta, no es para nada sencilla, pues además de hacerse cargo de la manutención de su esposa tiene bajo su cuidado a dos nietos, menores de edad, ya que su hijo murió hace tiempo y los pequeños se quedaron con ellos.
Este miércoles su meta era reunir el dinero para comprar una mina de gas, pero pese a su empeño las propinas caen a cuentagotas y no sabe si lo logrará, aún así, espera que pronto mejoren las cosas y que pueda recuperar su antiguo empleo que le permitía llevar más recursos a su casa.
Don Raúl no es el único adulto mayor que pide apoyo en ese bulevar, y que radica en Tijuana ya que también José viaja a diario con una bolsa de paletas de dulce para ofrecerlas a los automovilistas, mientras corre la pausa del semáforo.
Él cuelga de su cuello un letrero donde pide apoyo para ahorrar y poder practicarse una cirugía en la columna que lo libere del dolor que a diario padece y aunque la gente, se ha sumado a su causa, confiesa que por ahora no sabe cuándo podrá reunir lo necesario para ello.
Menciona que pide ayuda en Rosarito, porque en Tijuana las cosas están muy difíciles y no es fácil que te den permiso las autoridades y en su situación, huir de ellas no podría.

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