Encuentro de Teatro estrena ciclo escénico en el Cecut
Como parte del XXIV Encuentro de Teatro, se puso en marcha Primer Contacto que reúne a un dramaturgo, un director de escena y el elenco para intercambiar puntos de vista sobre la obra.

TIJUANA, BC.- Teatro de dicotomías, el primer contacto con “Vuelve cuando hayas ganado la guerra” de la dramaturga bajacaliforniana Bárbara Colio, premio Juan Ruiz de Alarcón 2017 y premio Emilio Carballido que la crítica especializada en México le entregó este año, marcó uno de los puntos culminantes del XXIV Encuentro de Teatro que el Centro Cultural Tijuana transmitió por medios digitales del 5 al 11 de octubre.
Con el título “De frontera a puente de ideas”, la décimo segunda edición de este encuentro anual se diseñó para ser disfrutada en casa, en el marco de la campaña nacional Contigo en la Distancia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, e incluyó la inauguración del ciclo Primer contacto, que reúne a un dramaturgo con un director de escena y su elenco para compartir la lectura de un texto dramático con miras a su eventual representación.
Y la primera sesión del ciclo puso en contacto a la autora de “Vuelve cuando hayas ganado la guerra” con el director de escena Gilberto Corrales, la actriz Naomy Romo, y los actores David Jiménez y Adolfo Madera para intercambiar acotaciones y puntos de vista sobre la obra de Colio.
La pieza pone en juego diversos planos de realidad en los que se desenvuelve la vida de los individuos: el plano social, el personal, el existencial, a los que la autora confronta en cada ocasión de la historia.
Si bien no se trató de una representación convencional, tampoco fue propiamente una lectura dramatizada y el elenco hizo patentes con la pura voz las tonalidades emocionales marcadas por el texto, el devenir de la trama fue poniendo al descubierto los distintos planos que aparecen implicados y, más aún, confrontados; como si se rompiera un espejo y cada fragmento mostrara una parte de la realidad que refleja.

El plano espacial está presente, toda vez que la historia se desarrolla dentro de un pequeño departamento ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México mientras afuera hay una manifestación nutrida y ruidosa, de modo que a lo largo de la obra se establece una constante relación entre el plano interno y el externo, y por momentos hay más tensión adentro que afuera, con todo y que en la manifestación se anticipa un desenlace sangriento.
Existe también un plano, digamos, genético o familiar: dos hermanos que por su condición de mellizos estuvieron unidos en sus primeros momentos de vida, compartiendo una sola fuente nutricia, ahora están separados: él, un pintor famoso, vive en España y regresa a México para montar una gran exposición. Esa noche se rencuentra con su hermana en el pequeño departamento, tras la inauguración fallida de su obra propiciada por él en un desplante caprichoso que el público y la crítica presente en la sala consideran un acto simbólico del autor y lo halagan.
De nueva cuenta, la autora recurre a la exhibición de planos contrapuestos: el externo (donde el pintor ha triunfado) y el interno (un país en el que las demandas sociales adquieren la forma de manifestaciones ruidosas y multitudinarias); el acto individual de un artista y el significado social que se le otorga.
A los hermanos se suma la presencia de un vecino de ella, con quien de inmediato surge una áspera rivalidad con el mellizo, la cual va creciendo hasta desembocar en la confrontación física que marca la dicotomía entre lo próximo y lo ajeno, entre sangre y raza, el hermano y el amigo, y en esta dialéctica de planos confrontados la obra va desentrañando su sentido.
“Vuelve cuando hayas ganado la guerra” pone en escena una serie de planos no solo distintos, sino opuestos y aun contradictorios, que en el devenir de la vida de los personajes se encuentran y chocan solo para desnudar la naturaleza contradictoria de la condición humana.

El XXIV Encuentro de Teatro del Cecut tuvo otros episodios destacados: la lectura dramatizada de “Las alas del pez”, escrita por el dramaturgo Fernando Sánchez Mayáns (1923-2007) que le mereció el premio Juan Ruiz de Alarcón 1960, máxima presea que se concede en México a la creación dramática, y a quien se rindió homenaje en este Encuentro junto con la propia Bárbara Colio y el maestro Hugo Salcedo, de quien se representó mediante la lectura a distancia “El viaje de los cantores”, obra que en 1989 le atrajo el Premio Tirso de Molina.
Tanto la de Sánchez Mayáns como la de Salcedo son obras que por su temática resultan de tremenda actualidad; escenificada a través de la lectura por Eduardo Cortés, Lízbeth Félix, Carlos Alberto Moreno, Isis Reyes, Estrella Gómez y Jesús Gallardo, bajo la dirección de Yoall Morales, “Las alas del pez”, de Sánchez Mayáns, conserva el enorme valor de plantear en escena, desde hace más de medio siglo, los dilemas propios en torno al aborto, y los juicios (y prejuicios) que se hacen al respecto.
A su vez, “El viaje de los cantores” del maestro Hugo Salcedo está inspirada en un hecho real registrado en 1987 y le asiste el mérito de inscribir en la memoria del teatro mexicano contemporáneo la tragedia de la migración, no por ser el único ni el primero, sino por documentar una más de sus infinitas historias.
La pieza narra la tragedia de un grupo de 18 mexicanos que murió asfixiado dentro de un vagón de ferrocarril cerrado desde fuera, luego de haber cruzado la frontera sin papeles. Su representación en línea estuvo a cargo del Taller de Procesos Escénicos bajo la dirección de Ramón Verdugo y con ella bajo el telón del XXIV Encuentro de Teatro del Cecut.
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