Registran secuestro virtual en Ensenada

La Policía Federal (PF) registró un secuestro “virtual” en este puerto, una de las víctimas fue conducida bajo amenazas por celular a un hotel de este puerto.

La División Antisecuestros de la corporación federal registró la maniobra delictiva a eso de las 10:15 horas entre un domicilio de la ciudad y en la ubicación de la segunda víctima, que fue la universidad pública.

La corporación federal detectó que la llamada hecha por los delincuentes desde el número (644)150-98-40, fue realizada desde el penal de Altamira, Tamaulipas.

En un lapso de seis horas, oficiales antisecuestro auxiliaron a la segunda víctima, lograron que estuviera lo más calmada posible y no efectuara el pago de 500 mil pesos que exigían los delincuentes.

Ensenada

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La segunda víctima se trasladó de la universidad a su domicilio para que su mamá firmara algunos documentos, al llegar no la encontró y sus pertenencias como bolsa y otros accesorios personales estaban en la vivienda.

“Pensé, salió rápido a alguna emergencia que dejó sus cosas, esperé por un tiempo, después le marqué en varias ocasiones al celular y no respondió, por lo que me preocupé, enseguida recibí la llamada de un desconocido”, mencionó.

El hombre del teléfono, dijo, lo llamó por su nombre y le dijo que la comunicaría con su mamá, de quien también mencionó su nombre, y la mujer mencionó que se encontraba bien de salud.

Después el hombre en tono amenazar advirtió que tenía a su mamá secuestrada y que entregara en una hora el dinero para liberarla, de lo contrario no volvería ver a su familiar, mencionó.

Horas después, esta víctima recibió la llamada de una prima que le avisó que su mamá había regresado a su casa por su propio pie y en buen estado de salud.

Resultó que la primera víctima había abandonado su casa, tras recibir información de un supuesto jefe de la Policía que la ubicaba como testigo de un traficante y que se trasladaría a su casa para entrevistarla.

La mujer para evitar que descubrieran la ubicación de su casa, optó por ir al hotel que el desconocido le ordenó, donde esperó un largo rato y no llegó nadie, en tanto su celular fue clonado, después utilizado.