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'El capitán chupalodo'

En su juventud, Jesús Salazar dio la vuelta al mundo en una embarcación, estuvo a punto de perder la vida dos veces y ahora se dedica a pasear en Ensenada a turistas para que conozcan a los lobos marinos.

'El capitán chupalodo'

Ensenada, BC

A pesar de ser originario de Acapulco, Jesús Salazar Medina llegó desde niño al puerto de Ensenada y toda su vida la ha dedicado al mar, en el malecón lo conocen como “Capitán Chupalodo”, en su juventud dio la vuelta al mundo en una embarcación, estuvo a punto de perder la vida dos veces y actualmente se dedica a dar paseos a los turistas para que conozcan a los lobos marinos.

“Mi tío me trajo en un barco que era de la armada, cuando era niño había un restaurante flotante llamado Kon-Tiki en el malecón, los americanos aventaban monedas al mar y el que sacaba más monedas era yo, ahí nació el apodo de chupalodo, que es un pececito que sirve como carnada”, relató.

Recordó que en su juventud estudió en una escuela técnica pesquera, más tarde tramitó su libreta de mar, se integró a la Armada de México y posteriormente optó por viajar con norteamericanos en diversas embarcaciones, lo que le permitió recorrer el mundo a los 17 años.

“Me embarqué en un barco velero y nos fuimos a las Islas Galápagos, a Chile, Argentina, España, Nápoles, y luego le dimos la vuelta a África, yo trabajaba para una familia americana que hizo un libro, regresamos a Ensenada y formé mi familia, me casé, tuve tres hijos que ya están grandes y mi casa, pero conservo muchos recuerdos”, expresó.

El capitán dijo que uno de sus principales valores es el respeto al mar, ya que puede ser un lugar donde logras relajarte y apreciar la naturaleza pero donde también  una tormenta o un incidente mecánico en altamar te puede quitar la vida.

“Al mar hay que respetarlo, en dos ocasiones estuve a punto de morir, la primera vez fue en Ecuador, salimos a mar abierto y nos explotó una máquina, se incendió y lo único que hicimos fue agarrar a la gente, ponerles los salvavidas y al agua, al capitán lo agarré yo y lo aventé al agua con un salvavidas, en Ecuador se publicó ‘un mexicano le salva la vida a uno de los hombres más ricos de Ecuador’”, contó.

Después del incidente, comentó que su patrón quiso premiarlo con una cifra importante de dinero, sin embargo optó por rechazar la gratificación económica pero años más tarde le regaló un barco.

“De Isla de Cedros para acá hice otra travesía en donde ya nos andábamos hundiendo, uno se acuerda de Dios cuando está a bordo y a punto de perder la vida, aquella vez un muchacho y yo nos fuimos nadando arriba de 10 kilómetros para poder llegar a la Isla de Natividad y ahí nos auxiliaron”, rememoró. 

Ensenada en el recuerdo

Con nostalgia recordó cuando no había infraestructura portuaria en el malecón y la playa llegaba hasta el Riviera

“El malecón eran puras piedras, la calle Primera era pura playa, estaba tan bonito, el pescado andaba aquí y no tenías que ir lejos a buscarlo, sacabas jureles grandotes, ahora hay muchos negocios y se ha ido muy arriba”, narró.

Salazar Medina refirió que a través  de los años le ha tocado vivir momentos complicados para la pesca como el embargo atunero, la veda de camarón y el cambio climático que poco a poco ha ido arrebatando la abundancia de especies como langosta y abulón que ahora son de alto valor.

“Estoy conforme con lo que he hecho por mi familia, yo ya viví la vida, estuve mucho tiempo en el mar, en muchos puertos y países pero Ensenada me gusta mucho,  con el inglés que yo sé me pongo a dar paseos por la Bahía y me llevo 400 o 500 pesos al día, hay que talonear duro para agarrar dólares”, señaló.

Lobos marinos

El Capitán confesó que todos los días imita el característico sonido de los lobos marinos, para que los turistas se acerquen y así abordarlos  y ofrecerles un paseo.

“Los turistas se acercan y no los ven, se dan cuenta que soy yo y  les ofrezco un paseo por la Bahía para que conozcan a los lobos marinos, me gustaría ser recordado como el Capián Chupalodo, toda mi vida la he pasado en el mar y en este puerto y solo estoy esperando que me operen de mis cataratas para dar mi última travesía”, concluyó.

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