Covid pone en riesgo sastrería de José Luis
El producto de años de esfuerzo podría finalizar debido a la pandemia que azota al mundo.

Tijuana, BC.-José Luis Meza ha dedicado la mayor parte de su vida a la sastrería, después de algunos años de trabajo, pudo abrir su propio negocio en Tijuana, que debido a la contingencia está a punto de cerrar.
A los nueve años inició este oficio, por su padre; nació y creció en Guadalajara, Jalisco, donde maquilaba para terceros, pero lo hacía desde su casa, posteriormente se trasladó a Tijuana luego de un problema familiar de su esposa.
Al llegar, encontró empleo rápidamente, sin embargo, se tenía que transportar desde La Morita hasta el centro de la ciudad, lo que implicó que sus traslados fueran de cuatro horas diarias.
Gracias a su experiencia fue teniendo más ingresos y hace seis años que rentó un local para tener algo propio; en todos sus años de experiencia nunca le había tocado una época con pocos clientes.
José Luis comentó que es diferente el mercado, porque en otras ciudades las personas hacen sus prendas a la medida, en cambio, en Tijuana, prefieren comprar la ropa y adaptarla a sus cuerpos.
“Aquí en Tijuana es un lugar donde no se usa la hechura, no sé no tienen ese habito de usar trajes o ropa sobre medida, no tienen esa visión, entonces a lo que nos dedicamos es la reparación de ropa”, dijo.
Cree que esto se debe a la comodidad y economía, por hacer un traje cobra dos mil 800 pesos aproximadamente, y con ese dinero las personas prefieren comprarlo ya hecho.
Otro obstáculo que se encontró son las ofertas de las tiendas de ropa, con la contingencia estos negocios rebajaron los precios de sus prendas con tal de venderlas y las personas consideraban que la reparación era costosa.
El regreso a clases de manera virtual también le representó una baja, ya que la reparación y bordado de los uniformes escolares representaban un ingreso en estas fechas.
Al igual que muchos pequeños negocios, el motivo principal de su posible cierre es el pago de la renta; por la falta de clientes no ha podido pagar, además, tuvo que pedir un préstamo para poder continuar laborando.
"Nunca me había ido tan mal como esta situación, y estoy en eso, luchando para no cerrar, pues apenas sale un poco para la renta y pues para irla pasando, no sale para más" expresó el satre.
Ante este panorama, ha pensado en pedir trabajo en otro lado, pero a sus 52 años de edad ve complicado que lo contraten, por lo que su otra alternativa es vender comida para subsistir.
Bibi Ley es su cliente desde hace un año, y desde entonces es su sastre de cabecera, porque encontró en su manera de trabajar lo que ella buscaba, además de la cordialidad y puntualidad de entrega.
"Desde que llegué con él ya ni la pienso, ya a todo mundo le ando diciendo que ya encontré a un sastre prefecto, la verdad aparte de que siempre es muy bueno, es muy amable, es súper cumplido, entonces tienes todo aquí", manifestó la consumidora.
José Luis no sabe utilizar las redes sociales, una de sus clientes lo comenzó a promocionar y es así que ha tenido un poco más de trabajo; su sastrería se encuentra en Avenida Hipódromo #18 interior 5, es una ubicación estratégica para la cercanía con las personas.
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