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Visión mocha

No sé cómo se han estado dando las acciones de gobierno en los nuevos ayuntamientos, pero en Tecate, nada parece haber cambiado.

No sé cómo se han estado dando las acciones de gobierno en los nuevos ayuntamientos, pero en Tecate, nada parece haber cambiado. Los mismos problemas y las mismas actitudes de los funcionarios públicos inundan nuestras actividades diarias. La delincuencia y la inseguridad siguen predominando y quienes son los encargados de combatirlas, están prácticamente fuera del escenario diario. Hasta la fecha no hay un panorama de actividades con el cual, la administración de Zulema Adams nos muestre con qué piensa combatir la inseguridad. Sobre todo, porque los policías de siempre con sus cotidianas formas de conducirse transitan por la ciudad y siguen cobrando multas en la calle, pasándose los altos y los semáforos indolentemente. Pareciera que no hay nuevo gobierno.

Se siente un desgano en la dinámica del ayuntamiento y la Presidente Municipal no muestra músculo. De casualidad tuve la oportunidad de ser espectador en una ceremonia pública, en la que se celebraba el día contra la violencia hacia la mujer. El evento fue en el Parque Hidalgo en la tarde noche, y se dio de manera muy elemental, sin lucimiento, a oscuras y con un escaso nivel organizativo. La asistencia fue de menos de cincuenta personas, de las cuales la mayoría eran estudiantes de alguna escuela secundaria, que alegaban si ya habían pasado lista. El discurso de Zulema Adams fue vacío, muy elemental, mal leído y sin ningún énfasis.

Hay, eso si, una actitud de rechazo total a las críticas de la prensa local. Los funcionarios, de nuevo ingreso no soportan que se les hagan señalamientos y reaccionan molestos. Sus comentarios en las redes sociales son mordaces y atacan, sin argumentos ciertos, a quien se atreva ejercer la crítica. La presidente municipal en lugar de hacer llamados de atención sobre la legalidad del derecho a la libertad expresión, apoya abiertamente a sus defensores. Este tipo de actitudes conlleva una conducta retrógrada recalcitrante, hacia la necesidad de reforzar el respeto a los derechos constitucionales. Contiene también una actitud de menosprecio hacia quienes informamos o criticamos a los funcionarios públicos.

Cuando los funcionarios de elección popular se comienzan a sentir parte del Olimpo, menospreciando a sus electores, y cuando sus subalternos hacen todo lo posible por crearles una cortina defensiva contra cualquier acción contraria a ellos, es cuando inician las etapas de represión. Por supuesto, quienes formamos parte de la opinión pública vamos a continuar ejerciendo nuestro derecho a disentir y a criticar. Nadie con una visión mocha de la sociedad nos va a detener. Zulema Adams y quien sea necesario serán evaluados constantemente pésele a quien le pese. Vale.

* El autor es Lic. en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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