Una triste alegría
Depresión blanca, así le llaman.
Depresión blanca, así le llaman. Es el resultado de la observación colectiva que en estas fechas de alegría hay quienes se ponen depresivos. Efectivamente, es muy frecuente en la clínica ver más episodios depresivos en estos días navideños y de fin de año, en el soleado noroeste mexicano es muy notorio como algunos cerebros reaccionan a los días nublados. Más que las fiestas en sí, son los días grises los que hacen que los cerebros no acostumbrados reaccionen así, en las latitudes con poca luz solar anual como Noruega, la depresión se expresa distinto. Acá, los pacientes suelen referirse a la depresión con total referencia al día nublado. Existe oficialmente el trastorno afectivo estacional, aquel que se activa en cierta época del año, año con año, frecuente en esta época invernal. Sin embargo, el agregado de la algarabía colectiva resulta en una afrenta a las personas frágiles que no se sienten cómodas ante la invitación a estar feliz, como si fuera en ellos un asunto voluntario. Muchas personas con un trastorno de la personalidad, del estado de ánimo, de ansiedad o con abuso de sustancias tendrán días difíciles. Podría ser hasta una de cada diez personas, estos trastornos son frecuentes y en estos días estarán vulnerables. Hay que respetar a aquellos seres queridos que no quieran departir, que preferirán quedarse en su habitación. Sin embargo, no es el invierno el momento de más depresión y suicidio en estas latitudes, es la primavera, otra fase de renacimiento y alegría. La reclusión puede ser un recurso de protección, aislarse por ser minoría. Cuando alguien presenta un episodio depresivo mayor o una crisis de ansiedad, lo último que quieres son unas palmadas en la espalda, unas palabras de ánimo y mucho menos consejos. En algunos es la reactivación de un duelo por un ser querido, en la reunión familiar el más presente es el ausente, sobre todo si murió en fechas recientes, mucho duelo por ser una primera navidad con relativa seguridad sanitaria como para reencontrase o ya no volverse a encontrar. La pandemia abrumó en muchos hogares la pérdida de sus seres queridos y bienes materiales, algunos pueden estar muy cansados como para disfrutar las fiestas. En muchos hogares ya se normalizará la presencia virtual en línea, se compartirá las reuniones en tiempo real. Mucho cuidado con el alcohol, la oferta es mucha. La mayoría coincidiremos en varios deseos para el 2023, algunos nacionales como resolver la inseguridad y solución de la pobreza, otros internacionales como la pandemia o la guerra. Escucho varios malos augurios para el muy próximo año, sobre todo en los analistas económicos, la guerra continuará y el impasse mundial. Al mal tiempo, buena cara, feliz 2023. * El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.
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