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Una bofetada a las víctimas

Esta semana he recibido un baño de agua fría al escuchar al presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera al decir “porque cuidamos a los elementos de las Fuerzas Armadas de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos es una política distinta, completamente distinta”.

Esta semana he recibido un baño de agua fría al escuchar al presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera al decir “porque cuidamos a los elementos de las Fuerzas Armadas de la Defensa, de la Guardia Nacional, pero también cuidamos a los integrantes de las bandas, son seres humanos es una política distinta, completamente distinta”.

La declaración de proteger a los integrantes de bandas delictivas y no proteger a la gente que es asesinada por estos humanos-inhumanos, me preocupa y creo también a los generales del Ejército Mexicano al ver huir a militares perseguidos por presuntos integrates de la banda conocida como Hermanos Sierra Santana por las calles de Nueva Italia, Michoacán.

Andrés Manuel López Obrador habla más como pastor de una Iglesia que como Presidente de México, él que defiende, según él, la democracia o lo que entiende por democracia, pero por qué no hace una consulta nacional para conocer qué castigo le impondrían los mexicanos, el pueblo sabio, a los criminales, por supuesto que no lo va hacer.

¿Cuántas humillaciones han recibido elementos del Ejército Mexicano, los han insultado, desarmado, golpeado y la orden es no defenderse, “poner la otra mejilla”.

Hace 8 días leí una columna en el diario El Universal, de un amigo y ex jefe en Televisa México, Amador Narcia, quiero referirme a lo tecleado. Incluye palabras del ministro Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que dijo frente a universitarios: “¿Por qué los hombres matan a las mujeres todos los días? Porque pueden y porque no pasa nada, porque no hay consecuencias, porque los feminicidios no se investigan, porque cuando se investigan, se investigan mal y, como se investigan mal, por regla general las carpetas en las fiscalías no se arman adecuadamente y de ahí viene después la impunidad con las resoluciones, pero los asuntos que se judicializan de desapariciones y muertes de mujeres son una minoría casi insignificante”.

Igual que cuando se encuentra un cuerpo en un canal, un barranco, junto a un camino o carretera, en plena calle o colgado de algún puente, la mayoría de las veces dicen que fue por ajuste de cuentas y no se investiga, a menos que el difunto haya sido un personaje cuya muerte caló en Palacio Nacional.

Por eso los colectivos de mujeres se manifiestan violentamente, no hay resultados por parte de las fiscalías y arrojan bombas molotov en contra del edificio de la Fiscalía en Mexicali.

Sobre estas manifestaciones el ministro Arturo Zaldivar dijo “las chicas que salen a protestar lo hacen con energía, con fuerza, a veces con violencia ¿por qué?, porque las están matando, porque las están violando, porque las están desapareciendo. Tenemos que voltear a verlas, tenemos que conectar con su dolor”.

Otro asunto que me impactó fue el caso del niño Iván de 4 años de edad que fue brutalmente asesinado en Mexicali. Con fracturas en 11 costillas, luxación en una pierna, más de 30 heridas de diversas fechas en todo su cuerpo y dos lesiones sexuales. Su padrastro ya había sido denunciado ante la Fiscalía por violencia en 2020 por su padre biológico quien falleció el año pasado y la Fiscalía no le dio seguimiento al caso. Hoy Iván, un niño maltratado y ultrajado está muerto. Los responsables están detenidos, ¿qué responsabilidad tienen los agentes de la fiscalía que no actuaron en su momento?

*El autor es periodista independiente.

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