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¿Un municipio para los pobres?

En la zona Este de Tijuana se concentran los sectores más pobres de la ciudad y, en términos generales, donde se acumulan los mayores rezagos y carencias sociales desde hace años.

En la zona Este de Tijuana se concentran los sectores más pobres de la ciudad y, en términos generales, donde se acumulan los mayores rezagos y carencias sociales desde hace años. No es la única zona, pero es ahí donde son más visibles los contrastes con respecto a las áreas más urbanizadas de la ciudad.

La diputada de Morena, Aracely Geraldo Núñez, propuso hace unos días crear en esa zona un municipio que llevaría por nombre “nueva Tijuana”, siguiendo un poco la lógica de que eso permitiría atender mejor las necesidades de esa población que padece muchas carencias sociales. Si la propuesta llegara a aprobarse, Tijuana se dividiría en dos municipios, uno de los ricos y otro de los pobres.

La propuesta ha levantado un poco de polémica, pero en general algunas voces la han rechazado, juzgándola impertinente y fuera de lugar. Algunos le adjudican hasta motivos de carácter político. Desde mi punto de vista se discute más sobre la creación de otro municipio, pero no sobre lo que esta propuesta significa y lo que representa ante el problema que intenta resolver.

Es evidente que la propuesta de la diputada se inscribe en ese enfoque que algunos grupos de Morena tienen sobre los pobres y de cómo ayudarlos, interpretando o reinterpretando el planteamiento que ha venido haciendo López Obrador sobre la pobreza. La propuesta no tiene ninguna connotación política.

El problema es que varias de estas propuestas son muy elementales, aunque sean bien intencionadas, como esta de la diputada Geraldo. En este caso, por ejemplo, hacer un nuevo municipio en una zona delimitada por sus carencias sociales puede favorecer a la población que habita ahí, pero no hay ninguna garantía de ello, como hay muchos ejemplos en México.

En segundo lugar, la propuesta deja de lado algo mucho más serio y más grave: crear un municipio en las zonas más pobres significa una especie de “segregación” de los mismos, en lugar de una “integración” de estos grupos, haciendo explícito la existencia de zonas ricas y zonas pobres, o “institucionalizando” esta realidad lacerante.

El error de esta propuesta no consiste en “crear otro municipio”, como se discute pensando en la división, etcétera), sino en crearlo bajo la idea de que sólo separando o segregando a los habitantes de esas zonas que viven en condiciones precarias, se podrá ayudarlos, como de alguna manera ya lo está haciendo Morena a nivel nacional.

La lógica y la premisa de este enfoque (este sí político-electoral) es esta: los pobres están así porque los gobiernos los han abandonado y no los apoyan, o bien porque estos asentamientos crecen de manera muy rápida por la migración y el presupuesto del gobierno no es suficiente para atender sus necesidades.

Ha sido el eterno argumento de los gobiernos, sobre todo aquí en Tijuana. Por eso Morena, al querer atender sólo a los pobres, los separa de los otros grupos para poder canalizar hacia ellos los recursos que otros gobiernos les negaron.

Sin embargo, los morenistas no se dan cuenta que este mecanismo no atacan las causas de fondo de la pobreza. Los pobres podrán recibir más recursos, pero las causas de su situación siguen intactas. Como es el caso de la zona Este de Tijuana cuya dinámica y condición social está vinculada al proceso de exclusión que priva en la ciudad, como en todos lados.

Tijuana, como otras grandes metrópolis, “expulsa” a los más pobres hacia la periferia y los obliga a buscar alternativas en zonas inapropiadas o sin servicios, en condiciones irregulares, con servicios precarios, en los que domina el comercio informal y muchos otros problemas.

Esto hace que Tijuana tenga “muchas caras”, las de la urbe desarrollada, con sus zonas exclusivas, mientras que por otro lado predomina la precariedad, las calles sin pavimento, sin servicios y la baja calidad de las viviendas, etcétera. ¿Qué hacemos con estas múltiples ciudades? ¿Las separamos y segregamos más, o las integramos?

El gran reto de los gobiernos de Morena es este, pero hasta ahora no saben qué hacer, más allá de sus formulitas simples de ayudar a los pobres. Pero el problema está ahí, esperando una solución de gran envergadura, alguien que se atreva a un enfoque nuevo y más estructural, y menos neoliberal.

Son gobiernos enredados en sus problemas internos, con sus conflictos entre fracciones políticas, sin dirección política, sin pensamiento y elaboración de la realidad social que los rodea. El problema es muy grave.

*El autor es analista político.

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