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Trump, ¿Inseguro?

El singular momento de la política estadounidense puede terminar con un Trump perdiendo los estribos y manteniéndose como figura pública con continuos exabruptos. Su gobierno se disolverá en enero, si no renuncia antes.  

El singular momento de la política estadounidense puede terminar con un Trump perdiendo los estribos y manteniéndose como figura pública con continuos exabruptos. Su gobierno se disolverá en enero, si no renuncia antes.

Es conocido el síndrome del narcisista herido, empecemos por el concepto del narcicismo, es algo de lo que la mayoría tenemos en cierta medida. Una de cada veinte personas, aproximadamente, tendrán rasgos narcisistas severos.

En los hombres es más frecuente y más notorio. El trastorno de la personalidad narcisista se identifica claramente en la psicopatología y constantemente se le ha adjudicado a Trump. Sus rasgos se caracterizan por la certeza de ser más importantes que los demás con consecuente grandiosidad, actúan provocativa y dramáticamente, necesitan la atención y la adulación, tienen pobre empatía por el prójimo.

Como consecuencia, cuando están en la posición de perdedor muestran sus extremos. Hasta ahora no lo he visto estallar, pero cada día se mete más en el callejón sin salida del argumento del fraude.

En ocasiones se mezclan algunos rasgos histriónicos con el narcicismo, este es el caso de Trump, en éstos el malestar frente a la frustración es mayor. Por primera vez él es el corrido, el perdedor expulsado del reality show de la Casa Blanca. Cuando el narcisista tiene éxito y lo sostiene es feliz, pero es la minoría, Carlos Salinas es un ejemplo, aun así él se puso en huelga de hambre. Pronostico veremos exabruptos de Trump, el berrinche del que destroza a su alrededor antes de irse expulsado.

Es sabido por todos que las elecciones eran estar a favor o en contra de Trump, ganó el antitrumpismo. El narcisista es en el fondo profundamente inseguro, la personalidad que muestran es su coraza. Cuando ésta se rompe es tal la herida que es cuando los vemos perder la compostura, caen en lo grotesco.

Tras bambalinas imagino escenas patéticas, públicamente no ha caído en lo burdo, pero para allá va. Intentará seguir siendo guía para la mitad de los americanos, por las redes y la televisión. Seguirá siendo noticia para ellos, insultará hasta el último de sus días. Será una prueba de fuego para el sistema gubernamental, ¿Qué hacer si pierde la cabeza siendo presidente? Yo sospecho está con apoyo psicofarmacológico, lo veo como si tomara un ansiolítico eficazmente.

Sospecho se quebró y lo tienen contenido, muchos republicanos pintarán su rayita. El abandono es la máxima herida narcisista, o el robo, ambas son certezas de Trump.

No dudo termine teniendo su propio programa televisivo, que reaparezca el actor y represente el resto de sus días al presidente que le robaron la presidencia. Seguirá hablando como presidente, seguirá alimentando a los cómicos y nosotros descansaremos de sus amenazas.

* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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