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Triste realidad

Las cosas en Tecate, mi ciudad, están marcadas por la violencia y la delincuencia.

Por el derecho a la libertad de expresió

Las cosas en Tecate, mi ciudad, están marcadas por la violencia y la delincuencia. Los encargados de atender esos asuntos, las corporaciones policíacas, no dan la impresión ni sus acciones reflejan que trabajen, buscando restablecer el orden y en reforzar el cumplimiento de las leyes. Por el contrario, sus acciones y los tercos hechos nos muestran una realidad que no lograrán tapar con sus discursos chapuceros, de que luchan contra el desorden social que padecemos. En lo que va del año han asesinado al menos a cuatro policías municipales. Han aprehendido a otros dos por conexiones directas con el crimen organizado y, ni en el caso de los asesinados ni de los encarcelados, se ha abierto al público la información de que son atendidos legalmente. En el nivel del estado de Baja California, las denuncias de corrupción, de atropellos contra los ciudadanos, de participación de policías estatales en secuestros y asaltos, también son frecuentes. Está el caso reciente de tres integrantes de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación que fueron aprehendidos acusados de secuestro y otros delitos. Tampoco se sabe si están siendo investigados o si fueron vinculados a proceso. Si dos elementos resultaron ser miembros de la mafia, ¿todas las corporaciones los son?, no, por supuesto, pero deberían ser investigadas para definirlo.

En estos casos quienes deberían estar sujetos a investigación, son las corporaciones policíacas de todos los niveles. En todo el país, el poder que han acumulado los policías y su capacidad para ejercerlo nos tiene a los ciudadanos padeciendo sus desmanes. En mi colonia un policía en activo nos obliga a escuchar su música, a toda hora y a todo momento al volumen que le plazca. No hay autoridad que lo controle y, al parecer, todo el cabildo le tiene miedo porque ya fue denunciado y no se le ha hecho nada.

En el escenario mundial tenemos que los Estados Unidos liberaron sin cargos, al General Salvador Cienfuegos, tras el desistimiento por parte de la Fiscalía General de Justicia de ese país. Se supone que hubo un acuerdo para que saliera libre y se le juzgara en México, pero dadas las condiciones de corrupción que padecemos, podría llegar a disfrutar de libertad plena en el corto plazo. Se habla de que menos del 1% de los delitos que llegan a los juzgados terminan en una sentencia condenatoria. ¿Cómo una persona, con el poder que acumuló el exsecretario de la Defensa Nacional, podría llegar a pisarlos juzgados como un simple acusado?

Nuestra ciudad está inmersa en una situación de violencia y delincuencia con un vigoroso crecimiento. Los propios exfuncionarios de primer nivel están acusados de delitos graves, pero tienen a su favor la actitud valemadrista del aparato judicial y jurídico, que protege, con sus omisiones e irresponsabilidades, a los delincuentes comunes y a los de cuello blanco. Javier Ignacio Urbalejo Cinco, César Moreno González de Castilla y Nereida Fuentes, se enriquecieron inexplicablemente y ahora, disfrutan de lo que se escamotearon. No les pasará nada mientras los diputados no sean obligados a modificar las leyes para que los delitos nunca prescriban. Como también acostumbran apoderarse de recursos financieros, en su propio beneficio, nunca lo harán. Vale.

*El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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