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Tijuana, sucia y descuidada (2)

Fueron muchos lectores los que me hicieron ver en la primera parte de esta colaboración tanto aciertos como omisiones en mis señalamientos de una ciudad que está en franco abandono.

Fueron muchos lectores los que me hicieron ver en la primera parte de esta colaboración tanto aciertos como omisiones en mis señalamientos de una ciudad que está en franco abandono.

Hubo incluso regaños de amigos y empresarios por hablar mal de la ciudad que me cobija y me da de comer.

La realidad es tan evidente que no hay forma de tapar el sol con un dedo, pero una de mis primeras impresiones de porqué esta pasada colaboración estuvo todo el día en el primer lugar de lectura en el portal de Frontera es que parece como si nadie quisiera a Tijuana o fuera responsabilidad de alguien mas y no propia, el mantenerla limpia y ordenada.

Si, de acuerdo, el gobierno no está haciendo su parte ni remotamente, pero también es cierto que hay mucha más responsabilidad ciudadana de la estamos dispuestos a aceptar

Los frentes de casas y negocios sucios y sin pintar, las construcciones abandonadas y deterioradas, los letreros y anuncios ya obsoletos, los terrenos baldíos con suciedad y maleza, los cercos caídos, las invasiones de terrenos y sus “construcciones”, los jardines de casas sin podar, los talleres mecánicos en plena calle, los carros abandonados en la vía pública, la basura tirada en pasos peatonales, las pintas y graffiti en puentes, mobiliario urbano y edificios, son todos responsabilidad y hechura del ciudadano de a pie, del propietario de los negocios y las casas, del malviviente, de los malhechores, de la irresponsabilidad ciudadana por no mantener en buen estado un buen lugar donde vivir.

No generalizo pero sí señalo que son una gran mayoría los irresponsables.

Me recordó la teoría de las ventanas rotas de James Q. Wilson y George Kelling que concluye que desde un punto de vista criminológico el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores. Por eso quizás expliquemos los altísimos niveles de criminalidad en los que nos encontramos

Hace unos días, en diferentes momentos, en mi función como Vicepresidente de Turismo de la Canaco de Tijuana, le propuse al Ayuntamiento de Tijuana, Presidente Municipal incluida y 4 secretarías de gobierno que empecemos por arreglar el mugrero en que tenemos convertida la línea internacional de San Ysidro y sus alrededores.

Ahí se concentra todo: jardines sin mantenimiento, falta de señalización, suciedad, graffiti, drogadictos, el desorden de ambulantes y pedigüeños, taxis haciendo lo que les da la gana, inseguridad desbordante, corrupción hasta con los pases médicos, falta de obras públicas, irregularidades de comercios establecidos, falta de botes de basura, de limpieza de la zona, de pintura, de malos olores, de tráfico irregular. La Línea internacional de San Ysidro es el monumento al desorden. Todo está mal.

Desde la concepción misma del uso del espacio, hasta el mantenimiento del mismo. No hay orden, no hay autoridad, hay inseguridad, hay corrupción manifestada de muchas formas, hay venta de droga, co existen delitos como la trata de personas, la explotación infantil, el robo.

Hay tanto por hacer que esto no puede ser tarea de un solo orden de gobierno o de una fundación ciudadana.

No creo que el Gobierno Federal a través del Fideicomiso aduanero o el Gobierno del Estado y el Gobierno Municipal no tengan 200-300 millones de pesos para arreglar una de las entradas y salidas más importante de nuestro país.

No creo que los empresarios o los ciudadanos en general no tengamos los talentos para hacer una propuesta coherente de mejora de la zona.

Falta, como siempre, jalar todos para el mismo lado. Veremos si hay voluntad de hacerlo en los siguientes meses.

* El autor es empresario, turistólogo y un enamorado de su ciudad.

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