Temores cotidianos
Los miedos de una sociedad revelan mucho de ella, como de las personas. Revisar las encuestas de Consulta Mitofsky respecto a nuestros miedos es muy revelador.
Los miedos de una sociedad revelan mucho de ella, como de las personas. Revisar las encuestas de Consulta Mitofsky respecto a nuestros miedos es muy revelador. Más del 80 % tienen miedo de la inseguridad, es el más abundante. Los temores que le siguieron en frecuencia fueron la muerte, las alturas, los secuestros, la oscuridad, enfermedades, arañas, temblores (en zonas sísmicas) y finalmente desempleo-pobreza. Esas fueron las respuestas espontáneas que más surgieron.
Una tercera parte de los encuestados dijeron temer a lo sobrenatural, destacando los fantasmas, otra tercera parte supone que no hay vida después de la muerte. También, una tercera parte reportó miedo a las alturas, pero otra tercera parte reportó miedo a hablar en público, lo que nos muestra la gran prevalencia del trastorno de ansiedad o fobia social, una condición genéticamente determinada. Los espacios cerrados son fuente de miedo, uno de cada siete mexicanos sufrirá miedo al avión, en Tijuana es característico el miedo a tener una crisis de ansiedad en la línea.
Las medidas pandémicas nos tienen con fobias como a estar en una multitud, ahora podemos decir que todos conocemos a alguien que se contagió o murió de Covid-19. La muerte propia o de un ser querido siempre será el miedo matriz. Ser mexicano significa padecer la inseguridad cotidiana, con elementos que no creo existan en otro país. Me refiero al sadismo y brutalidad con que se ejecutan los crímenes. Hay un plus, eso que está de más. Descuartizar, poner la cabeza en una hielera y dejarla en un lugar muy transitado con un mensaje escrito en cartulina color fosforescente es una escena que se repite en el país. Una sola vez vi un video del degüello de un secuestrado y torturado, es la fecha que me persigue esa imagen.
Me pregunto qué país tendrá cientos de escenas así en la red. Ese extra de la violencia que significa un goce del criminal. El placer al intimidar y marcar territorialidad. Vemos en los miedos mexicanos los universales como a las alturas, las arañas, las enfermedades, la oscuridad, espacios cerrados; pero vemos al secuestro y a la criminalidad como un miedo dominante y singular de lo que ha pasado en el curso del siglo XXI en México. Los menores de 30 o 40 años no tienen idea de lo que es vivir sin la zozobra del crimen. El miedo al secuestro y al narcocrimen son ya casi idiosincráticos.
Recuerdo una sesión del Colegio de Psiquiatras de Tijuana iniciando el siglo donde discutíamos sobre esa nueva realidad de las secuelas mentales del secuestro, era una novedad que nos superaba por no existir protocolos y estudios. El mundo cambió, atender el estrés postraumático por actos de violencia es ahora rutina.
* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.
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