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Sorprende regreso

De manera sorpresiva, ayer por la mañana Arturo González Cruz se presentó en Palacio Municipal y volvió a tomar las riendas como Presidente Municipal de Tijuana.

De manera sorpresiva, ayer por la mañana Arturo González Cruz se presentó en Palacio Municipal y volvió a tomar las riendas como Presidente Municipal de Tijuana.

El gusto no le duró mucho a Karla Ruiz McFarland como la primera alcaldesa, pues, aunque seguramente ya sabía que el puesto era temporal, todos creían que duraría más.

El caso es que desde las 9 am ya estaba de nuevo en su oficina viendo lo que ocurrió en su ausencia, y aunque originalmente no hablaría de su regreso ayer, al parecer fue tanta la presión que mejor dio conferencia de prensa.

González Cruz dijo que volvió para atender temas de la ciudad por la pandemia del coronavirus, pero que una vez que Morena de a conocer los requisitos para participar en las elecciones volverá a pedir licencia.

Sin embargo, en radio pasillo del Palacio se dicen varias cosas sobre su regreso, uno de esos es que no le gustaron los cambios de que ya se empezaban a hacer en el gabinete que él nombró.

Cabe mencionar que la Sindicatura suspendió a la Oficial Mayor, Ana Leticia Salcedo Quiroz, y en su lugar pusieron a Adalberto González, como encargado de Despacho.

Se hablaba de más movimientos en los próximos días, incluso hasta de la salida de Jorge Ayón Monsalve de Seguridad, así que no quiso que se desbaratara lo que él había formado y regresó.

Bueno, eso dicen unos, otros también en radio pasillo, comentan que la realidad es que la Alcaldesa y su equipo estaban ya estaban investigando y rascando mucho a los manejos municipales.

Hay también quienes dicen que se adelantó mucho en los tiempos y para no quedarse sin nada, pues regresó.

Eso sí, el tiempo que estuvo fuera lo aprovechó para recorrer el Estado e ir tanteando el terreno.

El caso es que en la conferencia sí fue insistente al decir que no renunciará a sus derechos políticos.

Cierre cardiaco

Las encuestas y los analistas pronosticaban que las elecciones presidenciales en Estados Unidos que el candidato del Partido Demócrata Joe Biden iba a ganar, quizá no de manera holgada, pero sí cómodamente.

De la misma manera, los especialistas consideraban que la polarización generada por el presidente Donald Trump causaría problemas, enfrentamientos y dudas en las elecciones.

Pero nadie esperaba un escenario tan tenso, resultados tan cerrados y acusaciones de fraude que más que una elección en Estados Unidos, cualquiera pensaría que es un proceso electoral mexicano.

Incluso, hay quienes han empezado a comparar la situación actual en la Unión Americana, con la registrada en 2006 en México, durante el conteo de votos de los entonces candidatos, por el PAN, Felipe Calderón Hinojosa, y por el lado de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-Convergencia).

Durante el conteo de votos, López Obrador iba a la cabeza, pero a medida que avanzaba el cómputo, Calderón le dio la vuelta y finalmente ganó con un margen mínimo. Esto llevó a AMLO al berrinche y al pataleo con acusaciones de un fraude no probado, con teorías conspirativas, similar a lo que ahora hace Trump.

Y lo irónico en este momento, quien definirá quien rendirá juramento el 20 de enero próximo como presidente de los Estados Unidos, es el estado de Nevada, el nido del juego y las apuestas.

Así que en este momento, por el margen mínimo con el cual Biden lleva la delantera en Nevada, la elección prácticamente se definirá casi casi con un volado y en un final no apto para cardiacos.

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