Servidumbre humana
Cuando el PRI tubo el control político total impuso en la correlación gobierno-sociedad el término “tapado” advirtiendo a sus huestes partidistas y población toda...
Cuando el PRI tubo el control político total impuso en la correlación gobierno-sociedad el término “tapado” advirtiendo a sus huestes partidistas y población toda, que el surtido de candidatos a un puesto de elección popular era privilegio de jefes de acuerdo, faltaba más, al “tamaño del sapo es la pedrada” o, lo que es igual, dependiendo de la talla y peso del “hueso” el facultado de retirar la capucha al “tapado” correspondía al ejecutivo en turno, Gobernadores, Alcaldes o conductores del partido pues no despedía el mismo aroma un aspirante a diputado que a Presidente de México.
Y aun cuando antes de culminar el ritual del “tapado” confluían en pareja cuestión toda especie de Presiones, chantajes y tranzas en lo obscurito; una vez dictada la sentencia los destapados como los no descorchados cerraban filas (toda vez que) los intereses del partido “reposaban por encima de apetitos personales” despuntando, en la recta final del circulo vicioso, el pan y circo consistente en acarrear apoyo al candidato de parte de los sectores priistas, surtido de adhesiones a costa de las “fuerzas vivas”, lluvia de confeti y serpentina hasta atestiguar la toma de protesta del consagrado.
Décadas y lustros de taparse-destaparse-taparse convirtió cualquier horizonte electoral en un juego sórdido, misterioso adivinar que exigía no pisar en falso so pena, y de forma despiadada, quedar apestado por no haber atinado cuál de los enmascarados “era el bueno” puesto que un desliz de ese tamaño significaba patear el pesebre, mofarse de las reglas no escritas pero inviolables, quedar fuera del presupuesto y, consecuentemente, ser un renegado de aquello que sostiene al presidencialismo autoritario, impune y corrupto que sazonado por precisos lambiscones daban fe del culto a la personalidad del virrey tricolor.
Cierto que la servidumbre humana es el ADN que todo individuo despliega con el mínimo pretexto donde, tratándose del PRI y herencia del “tapado”, se labró al máximo elogiar al poder y sus principales figuras ya que adular, como servilmente doblarse, son las pistas que guían al abyecto:… ¿ qué hora es? –pregunto Porfirio Díaz a uno de sus ministros- las que usted ordene, señor Presidente, respondió el vasallo. De ahí que la dignidad como categoría o cualidad, (definida tal cual por Kant) la clase política lo interpreta utilitariamente (utilidad como principio moral) anteponiendo prácticas ladinas y serviles por arriba de todo.
De ahí que la antítesis u oposición al decoro lo encarnan, en esencia, los partidos políticos quienes a la vez irrigan al resto de organizaciones sociales (sindicatos, grupos, clubes, etcétera) generadores, a la vez, de un servilismo cínico y desmedido que para mayor desencanto el Partido Morena resalta a través del priismo ahí enquistado, que no por haber escondido la máscara del tapado significa retirarla del mapa como lo hace el PRImor bajacaliforniano en donde, sus trepadores, no requieren tapaderas para salir a la luz pública, hacer campañas anticipadas y proceder por encima de las instancias partidistas de papel que, fieles a la regla de oro, mantienen la boca cerrada para que las moscas no escapen antes de tiempo…
*- El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.
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