Serán recordados
Los vecinos de la Colonia Obrera están preparando los festejos con que celebrarán un aniversario más de la fundación de esa zona habitacional, el primero de mayo.
Los vecinos de la Colonia Obrera están preparando los festejos con que celebrarán un aniversario más de la fundación de esa zona habitacional, el primero de mayo.
También es tiempo de recordar a quienes promovían el deporte ráfaga en la cancha de las Agrupaciones Revolucionarias, sede del torneo de más alto nivel de los que se juegan al aire libre.
Ya no está entre nosotros, descansa en paz, José Luis Rodríguez, el Charol, incansable impulsor del básquetbol, cuyos méritos fueron reconocidos y lo llevaron al Salón de la Fama del Deporte de Tijuana. José Luis, nuestro amigo por muchos años, también es parte del Salón de la Fama que Pancho Lim tenía por la Calle Primera.
Por muchos años, José Luis picó piedra, buscando que las autoridades techarán la cancha y que la Colonia Obrera tuviera su gimnasio, para el básquetbol y otras actividades físicas.
No pudo lograrlo, ya que las autoridades, federales, estatales o municipales, están impedidas, por ley, de invertir en predios que no son de su propiedad, como es el caso de esta cancha.
Como ha sido desde hace varios años, en los aniversarios de la cancha recuerdan a Francisco Arturo Padilla Preciado, que siempre volteaba cuando le decían Barrys y que también ya no está en este mundo. Bastante alto era Barrys, quien jugaba rudo en las tablas y en alguna ocasión nos platicaba cuando repartía codazos con Rafael Palomar, quien se quedó a jugar un tiempo en Tijuana, luego de formar parte del plantel de los Dragones, en la última temporada que realizó el Circuito Superior de Básquetbol.
Palomar tenía etiqueta de olímpico, pero ni eso provocó el menor miedo a Barrys, quien después se dedicó a entrenar, con buenos resultados.
Dirigió a los Gorilas del CBTis 155, del fraccionamiento Valle del Rubí y también estuvo al frente del equipo universitario, Tecnológico de Baja California, en el que Marco Aurelio Verdejo era uno de los estelares.
Mario Uribe, la Coqueta, otro elemento que pasó a mejor vida, también es recordado en los festejos de aniversario. Uribe, Pablo Espino y el Hippie Jesús Guevara eran los jugadores que no podían faltar en los equipos que armaba el Charol para participar en varios torneos, por todos los rumbos de la ciudad.
La Coqueta Uribe fue patrocinador de Netos, uno de los cuadros poderosos que militaron en el Circuito Mayor de Básquetbol, el Cimaba, torneo que la Federación Mexicana de Básquetbol consideraba el de más alto nivel del noroeste del país.
No le temblaba la mano a Uribe a la hora de abrir la cartera y trajo a jugar con los Netos a Juan Espinoza, elemento que fue parte de la selección mexicana de baloncesto.
Mucho del talento de aquellos años del Cimaba jugó para los Netos, conjunto que dirigió Héctor Aguilar Riesgo, egresado del Colegio Militar como Profesor de Educación Física y Deporte, compañero de generación de la mamá de mis niños.
Y en esta ocasión también habrá homenaje a Mario Reyes, por su incansable labor en la cancha, siempre presto a cooperar en todo lo que había que hacer para ponerla en condiciones.
Ya no hay espacio para más Apuntes, que hasta aquí llegan…por hoy y aunque hayan dicho que ya no es necesario el cubreboca, hay que seguir usándolo, lo mismo que el gel antibacterial y guardar la sana distancia, no está de más prevenir.
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