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Santuario de vida salvaje ‘Pai Pai’

Rumbo a la Bufadora de Ensenada existe un lugar único a nivel nacional. Un pequeño santuario de vida salvaje que se puede acariciar…

Rumbo a la Bufadora de Ensenada existe un lugar único a nivel nacional. Un pequeño santuario de vida salvaje que se puede acariciar… Los cachorros de grandes felinos conviven con adultos y niños en un hábitat seguro, protegido y limpio.

Ambas especies pueden vivir la experiencia de jugar y conocerse, en un ambiente de respeto y admiración, una simbiosis perfecta entre hombre y bestia, que ayuda a salvar a estos nobles y frágiles ejemplares de la naturaleza. Este rincón silvestre se llama “Pai Pai Ecotourisim Park”; en un día entero me di el gusto de conocerlo y poderlo disfrutar.

Tuve el gusto de platicar con uno de los guías y me explicó que la experiencia de convivir con cachorros de león, tigre, pantera y jaguar, es algo que sólo puede vivirse en dos parques a nivel nacional: Xcaret (Quintana Roo) y aquí en Ensenada (Baja California). Luego el director del santuario me aclaró que la convivencia directa como se da en este lugar, con la posibilidad de acariciarlos y hasta poderlos besar, esa sí no se da en ninguna otra parte de México.

Se trata de un lugar pequeño, rodeado de campos de cultivo y enmarcado como postal por las montañas cubiertas de nubes. Estar allí es vivir la fantasía de ser Tarzán por un día. Porque no sólo hay grandes felinos, sino que también tus niños pueden convivir con halcones, serpientes, aves exóticas, lémures, monos, chivitos, cobayos y hasta cochitos, en una pequeña granja de animalitos recién nacidos. Para los adultos existe la oportunidad de surcar los cielos en cuatro líneas de tirolesa, un área de restaurante buffet y hasta una zona de degustación de todos los tequilas habidos o por haber, donde por cierto, mi mujer compró uno delicioso sabor café.

Considero importante destacar que no es un lugar barato para visitar, pues los precios van de 650 pesos en adelante, pero cuanto te enteras que gracias a esta aportación, estás ayudando a salvar a estos animales salvajes, algunos de los cuales fueron decomisados por la PROFEPA, rescatados de circos o incluso protegidos de emergencia tras la muerte de sus madres, entonces te sientes contento sabiendo que ese precio vale la vida de cada uno de los animalitos que allí se encuentran protegidos, alimentados y por sus veterinarios muy bien cuidados.

Sin lugar a dudas Pai Pai debería ser un orgullo de todos los bajacalifornianos y tanto para locales como turistas, un punto de llegada obligado. Por mi parte con mucho gusto lo volvería a visitar, porque la pantera me lamió toda la cabeza y como que siento que la voy a extrañar.

*- El autor es graduado de la licenciatura en Derecho de la UABC, escritor y conductor de radio.

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