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Salvador Allende y Eugenio Garza Sada a 50 años de su muerte

No tienen nada en común estos 2 personajes, solamente que fueron asesinados a unos días de diferencia uno de otro.

No tienen nada en común estos 2 personajes, solamente que fueron asesinados a unos días de diferencia uno de otro.

Salvador Allende es asesinado el 11 de septiembre de 1973 y Don Eugenio el 17 de ese mismo mes y año, pero el tratamiento es diametralmente opuesto, pues en el caso de Allende, el entonces presidente Echeverría, marcadamente socialista, decretó duelo nacional, con banderas a media asta y se llegó al extremo de cancelar la cena del 15 de septiembre de ese año, mientras que por la muerte del empresario líder del principal grupo industrial del país, solo alcanzó para dar un mensaje de condolencias y el intento de la esposa del presidente de asistir al velorio, cuestión que le fue negada.

La razón era muy lógica, Allende era socialista y Don Eugenio empresario y Echeverría, al igual que López Obrador, odian a los empresarios que se esfuerzan día con día, que pagan sus impuestos y generan fuentes de trabajo.

En el caso de Allende, es electo presidente de Chile, en 1970, después de 3 derrotas (1958, 1958 y 1964), llegó como candidato de la Unidad Popular (integrada por los partidos Socialista, Comunista, Radical, Social Demócrata, MAPU y API). Se dice que obtuvo recursos y apoyo de Cuba para llegar y del gobierno norteamericano para no llegar. Su política populista de regalar dinero, parecida a la de AMLO, llevó a Chile a tener en 1972 un 225 % de inflación y en 1973 a un 606 %, la más alta de toda su historia.

Ante el hartazgo de muchos sectores empobrecidos por sus malas políticas, el 11 de septiembre, el ejército chileno, comandado por el General Pinochet, encabezó el golpe de estado que lo derrocaría.

El caso de don Eugenio Garza Sada, es diferente. Empresario regiomontano, hijo de Isaac Garza Garza, uno de los fundadores de Cervecería Cuauhtémoc, cabeza del Grupo Monterrey, creador de una docena de consorcios industriales de gran calado, fundador en 1943 del Tecnológico de Monterrey, fundador en los años cincuenta de los colegios La Salle. Creó dentro de sus empresas entidades que ofrecían prestaciones médicas a los trabajadores antes de que existiera el IMSS y en 1957 creó en Monterrey la Colonia Cuauhtémoc (años antes de la creación del INFONAVIT), cuya finalidad fue ofrecer casas habitación a los trabajadores de las empresas que dirigía.

Sin embargo, el 17 de septiembre de 1973, Garza Sada fue asesinado por un comando de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la cual según sus papeles fundacionales se creó con objeto de: “… luchar por los ideales comunistas de la liberación del proletariado, la destrucción de la burguesía y el establecimiento de un gobierno socialista en la nación”.

Según el expediente de la Dirección Federal de Seguridad, número II-219-972, del 22 de febrero de 1972, señala que: “la delegación Nuevo León de la DFS informó a su mando superior planes de la Liga 23 de septiembre para secuestrar a Eugenio Garza Sada, un año y medio antes de que ocurriera el fallido intento. No sólo no se detuvo a los guerrilleros que planeaban el operativo —a quienes se tenía identificados gracias a un informante—, sino que tampoco se alertó a don Eugenio o a su familia.”

La muerte de Don Eugenio Garza Sada complicó más las malas relaciones del gobierno del presidente Echeverría con sector empresarial, el cual trataba a los empresarios como saqueadores, una copia del gobierno de López Obrador y su crítica a los llamados “Fifís”, al mismo tiempo que mostraba simpatía o acercamiento con gobiernos de izquierda, incluyendo en su gobierno a líderes estudiantiles del movimiento del 68.

Al igual que hace 50 años, desde el gobierno de AMLO, nadie recuerda a Garza Sada y todos conmemoran la muerte de Allende. La razón es muy sencilla, el primero era Fifí y Allende todo un héroe.

*El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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