Rumbo al cambio
Comentaba en el espacio anterior que el año que recién terminó fue convulsivo, con gran incertidumbre.
Comentaba en el espacio anterior que el año que recién terminó fue convulsivo, con gran incertidumbre. Este año, espero no sea tan complejo aunque hay temas que estarán presentes y bajo esas características de dilemas y agitaciones.
Una de ellas será el proceso electoral intermedio en el cado de legisladores federales y locales, y en el caso de Baja California, de gobernador.
Como ante procesos anteriores en Baja California, retomo algunas cualidades, perfil y experiencia que se requiere en los candidatos y posterior mandatario estatal. El antiguo} dedazo está latente y pienso que debe ser erradicado.
La primera y quizás la más importante, es que se apegue a la institucionalidad. Me refiero a no querer romper las reglas del juego. No sea que vaya a suceder algo como lo que lamentablemente ha sucedido en los Estados Unidos durante el proceso para elegir presidente. En pocas palabras, que estén dispuestos desde un inicio y como plataforma electoral respetar los procesos, las reglas, la normatividad y la institucionalidad,} independientemente de cuál partido, alianza o movimiento social sea el que impulse a los candidatos.
Esto último (alianzas) es relevante porque las elecciones de mediados de año, por lo menos para nuestra ciudad y estado, seguramente requerirá de alianzas políticas, como lo estamos viendo en los planteamientos de los partidos de oposición al gobierno en turno
Otro de los factores es tener y mantener siempre organización, liderazgo y capacidad de seguimiento por el candidato y el equipo de éste; no sólo a lo largo del proceso de selección, de la campaña, en el día de la jornada de votación a mediados del año y para la transición del cargo. Evitar el compadrazgo, el caciquismo partidario y electoral ya no van en esta era post-covid y mucho menos cuando hemos visto lo frágil que es la democracia pero también lo sensible que pueden ser las personas para manifestarse en pro o en contra de un resultado.
Quienes alcancen el voto popular, sea para representantes en los congresos o para la gubernatura bajacaliforniana, tienen que rodearse de expertos técnicos y asesores, ya no se valdrá gobernar por nota, por devolver favores, por ideologías antiguas y de retrovisor sólo añorando el pasado. Los tiempos no están para ello ni mucho menos Baja California tan cercana a Estados Unidos y con la relación que ahora se tiene a través del T-MEC.
De ahí que por la relevancia de Baja California y Mexicali el elector (que somos todos) deberá pensarse de impacto a largo plazo, no sólo para unas elecciones o para los próximos seis años; si no se hace y al mismo tiempo se fortalecen las instituciones, sufriremos embates y decisiones como las de cancelar proyectos de inversión y actividades necesarias como las de la generación de energía renovable. De no hacerlo se cancelarán actividades porque le dañan la imagen ambiental y vista a una persona, en vez de defender el uso de recursos no contaminantes y que también ayudan a miles de personas y comunidades. No se debe ceder ante la opinión y comentario de una persona para no hacerla enojar o generar su descontento que afecte la carrera política de alguien local.
Es por eso por lo que, con tatos meses de anticipación señalo que el próximo gobernante bajacaliforniano, los legisladores y sus equipos no se aíslen, nos sigan escuchando y atendiendo, que sean sensibles a las críticas y señalamientos, que sigan abiertos al diálogo (no sólo irse por la imposición y las medidas a modo o en lo obscurito) y que, si lo tienen que hacer, rectifiquen y cambien de rumbo para corregir malas decisiones.
Ya no requerimos más experimentos, definamos de aquí a las elecciones lo que queremos en Mexicali y Baja California, porque como se dice, aquí empieza la patria.
*El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands
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