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Ante un selecto número de invitados y la notoria ausencia de la Suprema Corte y la Fiscalía General, el presidente Lopez Obrador rindió su segundo informe de gobierno.

Ante un selecto número de invitados y la notoria ausencia de la Suprema Corte y la Fiscalía General, el presidente Lopez Obrador rindió su segundo informe de gobierno.

El ejecutivo calificó su percepción sobre la realidad del país como uno sin persecuciones facciosas, venganzas políticas o encubrimientos, remarcando que a su gobierno no se le recordará por corrupto.

AMLO le puso números a sus declaraciones: la austeridad y la no corrupción representan un ahorro de $560 mmdp para el país.

En referencia a las dos crisis presentes, la pandemia y la economía, mencionó ya van de salida.

Como logros de su gobierno presumió los convenios firmados con hospitales y televisoras como respuesta a las crisis de salud y de educación, mencionando también que 7 de cada 10 familias mexicanas están recibiendo beneficios de programas sociales.

Igualmente, mencionó que existen solo cinco pendientes para terminar de concretar la 4ta. Transformación y el país comenzará en breve la consolidación de sus programas de gobierno.

En seguridad, en menos de tres minutos anuncio que casi todos los delitos han disminuido en comparación a noviembre 2018, asegurando hay justicia para el pobre donde la delincuencia organizada ya no manda, mencionado ilícitos como el feminicidio, secuestro, y robo en diferentes modalidades habían registrado una baja del 30%.

En economía mencionó las bondades del nuevo tratado de libre comercio, resaltando el trato amable y de respeto que le defirió Donald Trump en su visita a EU.

Se comparó con el presidente Francisco I. Madero por ser víctima de los conservadores.

Sin embargo, hizo mención al padre del neoliberalismo, el economista Adam Smith, re fraseando su pensamiento que en la naturaleza del hombre está el interesarse en el bien de otros, donde “la alegría ajena se convierte en dicha propia”.

El presidente se autonombró como el mejor gobierno, presumiendo ser el segundo mejor presidente del planeta. Llamó arrogantes al presidente de la Corte y al Fiscal General por no haber asistido, criticando igualmente a los “pseudo ecologistas” por criticar sus decisiones en materia ambiental con los proyectos del Tren Maya y la refinería Dos Bocas.

Finalmente, a sus seguidores les ofreció castigar los errores del pasado, y a sus opositores les prometió que ya estaba en marcha una nueva política sustentada en la moralidad.

Hasta aquí el informe del Presidente.

En contraste, la Secretaria de Salud anunció que México rebasó los 600,000 contagios por Covid y los 65,000 muertos, donde existe el fundado temor de iniciar una segunda ola de contagios, tal y como está sucediendo en otros países.

Igualmente, el Secretario de Hacienda advirtió que para el 2021 se acabaron los “guardaditos”, anunciando la peor crisis económica para nuestro país desde 1932.

En relación a la seguridad, las cifras reportadas por el Presidente no concuerdan con la información oficial del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad, que revelan entre otras cifras que el feminicidio no ha bajado durante la presente administración.

He aquí la historia de dos México, donde indudablemente el ejercicio del poder distorsiona la voz de la realidad, algo históricamente inherente a quien decide el destino de otros.

Sin embargo, habría que tener claro que la arrogancia nace del poder, no de la libertad. Donde la libertad, en cualquiera de sus modalidades, es por naturaleza transgresora, rebelde, y jamás servil a los intereses del poder.

*- El autor es Presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado.

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