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Quemadas vivas

Una mujer quemada viva es uno de los más terribles escenarios que se pueda imaginar, un acto sintomático de su entorno.

Una mujer quemada viva es uno de los más terribles escenarios que se pueda imaginar, un acto sintomático de su entorno. Tres mujeres muertas por quemaduras intencionales en México han llamado la atención recientemente, aunque van casi cincuenta mujeres quemadas en este año, algunas sobrevivieron para quedar terriblemente afectadas. Quemar en grupo a alguien es signo del descontrol policiaco frente a la multitud. Los linchamientos suelen incluir el quemar vivo al acusado, también lo tenemos en México. Sin embargo, estos tres casos recientes han cobrado más atención, más bizarro resulta su singularidad. Empiezo por el efecto que me produce la información sobre Luz Raquel Padilla en Zapopan. Me genera desconcierto y temor algo muy complejo. La sola posibilidad de que se haya autoinmolado resulta más escalofriante. No es imposible ya que hay numerosos antecedentes, casi siempre son brotes psicóticos en donde inmolarse está en sus cabezas como una necesidad. Quizá al momento de esta publicación habrá más información, pero el video donde compra alcohol y un encendedor son disruptivas. La falta de videos y testigos del momento, la ubicación del vecino en ese momento y la grafología forense de lo escrito en las paredes, son datos que ya deberíamos tener, muy complicado. También complejo es saber que hay esos espacios llamados anexos o centros de rehabilitación, donde encierran a cualquier menor por tener graves problemas de conducta, frecuentemente producto de un trastorno mental o daño neurológico subyacente. No poder pagar un hospital psiquiátrico hace que en Tijuana tengamos muchas personas trastornadas en espacios no hospitalarios. Jazmín, once años, también en Jalisco, va a su tercera cirugía y le esperan injertos de piel por la quemadura, también con alcohol, prendida por el toque de un taser. Se trata de una pareja que dirigía un espacio para chicos problema, los controlaban como al ganado, muy inhumanos. Es el colmo que el espacio de protección y rehabilitación sea de tortura y maltrato. Aparentemente la mamá la internó por depresión y problemas de conducta, espero juzguen a los responsables, ella no lo es. Qué decir de la terrible agonía de Margarita Ceceña, quemada el primero de julio por sus propios familiares ante la mirada de su hijo de once años y su madre, hace una semana falleció. Malditas disputas familiares por un inmueble. Así como vemos en psiquiatría pacientes que enloquecen por la disputa con un vecino, también vemos graves crisis por una propiedad, familias separadas por el dinero. Es asombroso lo que nos muestran los celulares de las personas, vemos a un grupo con gasolina en mano caminando decididos a quemarla, esto en Morelos. La indignación es el sentimiento social frente a estos feminicidios que se suman a casos icónicos que nos dejaran marcados. *-El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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