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¿Que haría Churchill?

Un líder es alguien que actúa como una fuerza estabilizadora, como alguien que te señala el camino para salir adelante.

Un líder es alguien que actúa como una fuerza estabilizadora, como alguien que te señala el camino para salir adelante. Lo vemos por ejemplo en el caso de los niños, una de las cosas que más buscan en sus padres es la seguridad, cuando sienten temor lo primero que gritan es mamá o papá.

Cuando una persona con autoridad ante una situación difícil se nota que flaquea perturba mucho a la gente a su alrededor.

Sir Winston

Uno de los líderes que ha enfrentado una situación muy delicada fue sin duda Winston Churchill, quien le tocó encabezar Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, y sobre todo cuando los alemanes estuvieron a punto de invadir su país.

En un evento realizado este año ya con la pandemia en curso, a uno de los biógrafos de Churchill le hicieron la pregunta: ¿Cómo cree usted que Churchill habría enfrentado el problema del Covid-19?

Después de pensarlo brevemente contesta que con lo que ha estudiado de Churchill hubiera realizado tres acciones, mismas que pueden aplicar actualmente a cualquier individuo con situaciones de liderazgo: Padre de familia, empresario, político, párroco, etcétera.

La primera: Daría una sobria evaluación de la realidad. Cuando el asunto con Alemania no dejó de reconocer la superioridad militar de su adversario, y por lo tanto lo duro que sería enfrentarlo. En el caso de la pandemia no hubiera negado que es algo que nunca ha enfrentado y que tendremos que aprender a lidiar con ella. En una palabra no negar datos duros.

Aquí viene a la memoria el caso de James Stockdale, quien fue el oficial de marina de EU de más alto rango capturado en la guerra de Vietnam, quien duró más de 7 años cautivo, y sometido a muchas torturas.

Cuando le preguntaron quiénes fueron los que murieron en cautiverio indicó que fueron los optimistas: Los que pensaban que en un mes, o para Navidad, o para el siguiente verano iban a rescatarlos, y al no suceder se vencían mentalmente. Lógicamente, aclara James, uno nunca debe darse el lujo de perder la esperanza de salir adelante, pero tienes que enfrentar la brutal realidad de que no sabes cuándo. Aquí en el caso de la pandemia nos debe quedar claro el mensaje: Esto va para largo todavía.

Las otras dos acciones

La segunda sería: Hay que tener razones lógicas para tener esperanza. En este caso Churchill apelaría al gran esfuerzo que han hecho las personas que trabajan sector Salud para encontrar los modos de enfrentar esta pandemia por parte de los infectados, y también se apoyaría en los trabajos de investigación realizados por los principales laboratorios para encontrar a la brevedad la vacuna para dicho virus.

Y la tercera última sería encontrar un lema, un grito de guerra, una identidad con la que se identificara todo mundo para que brincara de su sillón favorito y se animara a luchar por un objetivo común, en el caso que le tocó fue salvar a Inglaterra de los alemanes, en el caso actual reducir efectos del virus.

Es famoso el discurso de Churchill donde lo que les predice a los británicos es sangre, sudor, y lágrimas en el tiempo inmediato.

En la situación del siglo 21 lo que se nos requeriría sería: Sana distancia, cubrebocas, y reuniones no mayor de 10 personas. A cambio de esto logramos mantener cierta movilidad, que las empresas e instituciones sigan operando aunque sea a niveles mínimos, y así la economía y la gente vulnerable en este aspecto sufra lo menos posible, y así entre todos salir adelante.

La pregunta entonces es: ¿Le haríamos caso a Churchill?

*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.

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