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Protocolos funerarios

En algún momento de nuestra vida todos perdemos a algún ser querido. La pérdida de alguien cercano, como bien sabemos, siempre es un momento doloroso para nosotros pero también para la gente que nos rodea.

En algún momento de nuestra vida todos perdemos a algún ser querido. La pérdida de alguien cercano, como bien sabemos, siempre es un momento doloroso para nosotros pero también para la gente que nos rodea. En esos momentos, pocas cosas nos reconfortan más que sentir el calor y el apoyo de los nuestros, pues una simple frase de condolencia puede recordarnos que no estamos solos, como sociedad nos pasa igual pero no existe condolencia para un pueblo que no ve justicia.

En la parte de protocolos funerarios desde siempre se ha sugerido tener cuidado con lo que se dice en un funeral, hacemos presencia por protocolo, por verdadero cariño o porque somos parte de la familia del doliente. Lo más importante en estos momentos será primeramente escuchar y después actuar.

La mejor manera en la que se puede apoyar al doliente y familia, marcando la diferencia, es mediante acciones puntuales, detectar de qué forma podemos ser funcionales en esos momentos tan difíciles.

Toda la familia debe salir a la ceremonia final, es el último acto social del ser humano fallecido, se debe ir bien vestidos, encargarse de hacer las llamadas para avisar y responder a los mensajes de condolencia; hacer un álbum de recuerdos, imprimir las mejores fotografías, además de ser terapéutico dejará usted a la familia un bello recuerdo.

Aunque para algunos aún es un tabú, hay personas que verdaderamente lo aprecian, regalar un relicario, es otra opción pues es una manera de llevar parte del ser querido siempre consigo, en esos eventos podemos ser muy creativos, generando una ayuda que sirva y nos deje la satisfacción del deber cumplido.

El pésame se da en fechas posteriores al fallecimiento si bien también se puede expresar más adelante siempre que no se haya podido hacer antes. La fórmula más común es “Te acompaño en el sentimiento” pero también se utilizan otras del tipo “Lamento mucho el fallecimiento de...”, “He sentido mucho la pérdida de...” o “Mi más sentido pésame”.

Y como protocolo de estado qué se les dice a los dolientes y a la sociedad de los 2 mil 185 homicidios ocurridos durante el 2019 en la ciudad de Tijuana, cifra que como ciudad y estado de la República con más homicidios por 100 mil habitantes y con base al corte más reciente del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) Tijuana aporta 6.54% a la estadística nacional de asesinatos, estamos posicionados en lo más alto de las listas como ciudades más violentas y ningún discurso retórico puede justificar lo que nos acontece.

En la voz de don Jorge Alarcón Rubio, comentarista deportivo, escuché decir “mal empieza la semana para el que ahorcan el lunes” y es aplicable en estos momentos que comienza un nuevo año donde no se contemplan cambios significativos en el rubro de homicidios.

A veces es difícil obtener consuelo de las palabras, pero espero que este nuevo gobierno cambie los protocolos fúnebres para la ciudadanía con mejores resultados para este 2020.

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