Por éste no
Desde que en 1952 se convierte Tecate en un ayuntamiento formal, los partidos políticos que lo han gobernado, tanto a nivel local, estatal o federal -excepto esta última administración- han sido del PAN o PRI.
Por el derecho a la libertad de expresión
Desde que en 1952 se convierte Tecate en un ayuntamiento formal, los partidos políticos que lo han gobernado, tanto a nivel local, estatal o federal -excepto esta última administración- han sido del PAN o PRI. Han pasado más de sesenta años y lo que ha ponderado en sus administraciones han sido las injusticias, el incumplimiento de sus promesas, la escasez de obra pública, los abusos de poder y el enriquecimiento ilegal de los expresidentes. Desde los primeros años de nuestra vida institucional el PAN fue un partido de oposición digno, que dio batallas importantes y que pavimentó el camino hacia la democracia. Posteriormente, cuando asciende como partido gobernante respaldado por el electorado, su visión del poder y sus prácticas gubernamentales, terminaron siendo las que criticó siempre del PRI. Se quiso enquistar en el poder y fue poco a poco retrotrayendo todo lo malo del PRI y, en ocasiones, superándolo. Ahora estos dos partidos traidores a la ciudadanía intentan (por medio de una coalición con el PRD que se agarra a cualquier situación que le dé la posibilidad de subsistir) de recuperar el poder perdido por sus inconsistencias.
Los argumentos que esgrimen son, esencialmente, que quieren salvar a nuestra ciudad de la mala administración actual, que quieren resolver los problemas existentes, que van a comenzar a pavimentar las calles, que ya no habrá basura y muchas cosas más. Sin embargo, no han sido capaces de tomar una posición abierta y decidida contra los ex presidentes municipales que tienen demanda de juicio político y penales. Los cuatro últimos ex alcaldes y la alcaldesa son la muestra de la enorme corrupción que tenemos, y son los responsables de la deuda que arrastramos, mientras que ellos disfrutan de la riqueza que se llevaron, tal como lo muestra la información que se tiene.
El candidato por la coalición del PAN, PRD y PRI, ha tenido cargos públicos municipales en varias administraciones, en recaudación de rentas, estuvo en sindicatura municipal y en el Órgano de Fiscalización Superior del Estado. Ha sido parte de varios ayuntamientos y conoció de primera mano los tejes manejes que se dieron. Ha sido un funcionario de primer nivel y fue también presidente del PRI municipal, por lo que se enteró de primera mano de todo lo bueno y lo malo que se ha hecho público, así como de lo que sigue oculto. Sabe hasta dónde estaba el nivel de corrupción y quien participó en los posibles desfalcos que se han efectuado en nuestra ciudad, sin embargo, no fue ni ha sido uno de los que hayan denunciado o hecho, al menos, un señalamiento al respecto. Si tuviera la remota posibilidad de ganar la elección, Javier Urbalejo, César Moreno y Nereida Fuentes continuarían siendo protegidos por él. Esa es la calidad moral de los priístas, proteger la corrupción y enriquecerse con los recursos financieros de nuestras ciudades. Los panistas y los perredistas solo son comparsas del viejo topo corrupto. Los tecatenses, dadas las experiencias de traición de este partido hacia nuestra sociedad, debemos decirle, ¡NO, ya basta! No obstante, ¿Quién podrá defendernos? No veo, entre el resto de los candidatos, uno que tenga la entereza, el propósito y la decisión de luchar contra la corrupción. Vale.
* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.
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