Personal médico antes que maestros
Me pregunto por qué se quiere vacunar a los trabajadores de la educación antes que a los de la salud.
Me pregunto por qué se quiere vacunar a los trabajadores de la educación antes que a los de la salud. Hay que tener presente que la mayoría del profesional clínico de enfermería y médico no está vacunado, no entiendo por qué no están anotados como los siguientes en la lista.
Anteponer al maestro sobre el médico epidemiológicamente es un error. El contagiado Covid, al primer síntoma, es muy posible que acuda a su médico de confianza, eso no lo sabe el personal sanitario por adelantado. Hoy en día van como primer contacto más pacientes Covid a un médico de su confianza que a un centro designado.
Un profesor vacunado poco hará para prevenir un contagio en la escuela y en su comunidad. Un médico vacunado ofrece prácticamente la garantía de que no contagiará a los pacientes, quienes de por sí vendrán con nosotros por estar padeciendo cualquier tipo de enfermedad siendo más vulnerables.
Está muy bien ir por decenas en la vacunación, es un estándar internacional. ¿A qué gremio u oficio incluir en el curso del llegar a vacunar a todos los adultos?, en el camino queremos todos desatorar el impasse económico, activar las escuelas significará un alivio y un gran activador, para ello tendrían que estar vacunados todos los que convivan en la casa con un estudiante.
Se está politizando el dilema, confío que se abrirá una puerta a incluir en el siguiente grupo de los 50 a los 59 años a los trabajadores de la salud en contacto con pacientes, en espacios clínicos, desde el consultorio hasta el hospital.
Las escuelas van después, a pesar de que hay evidencias que sugieren que no hay tanto contagio entre los niños, también las hay de lo contrario, inclusive que contagian durante más días.
Las dificultades bioéticas y prejuicios para la investigación en menores de edad están retrasando su vacunación, esa será la real clave para abrir sin riesgo las escuelas. La vacunación infantil, ese será el paso final, tardarán los reguladores en aceptarlo.
Eso sin contar el enorme escepticismo de muchos sobre el efecto de las vacunas en la infancia, supuestos falsos, efectos nocivos, como el autismo. Habrá muchos padres que se negarán a vacunar a sus hijos, aunque epidemiológicamente puede ser un paso fundamental, a nivel individual más de uno sabrá que no pasará de una ligera gripe y no le importará que su hijo contagie en su trayecto y contactos.
Es anticiparse mucho hablar sobre la vacunación de los menores de edad, pero hasta entonces será realmente seguro abrir las escuelas. Finalmente existe un segundo camino, que una vez protegidos los mayores de 40 años se suelte el contagio y se agote el coronavirus, ya casi sin muertes.
* El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana
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