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Pero ¡qué necesidad!

Aparentemente respuesta de su relampagueante y electorero viaje a Durango, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda anunció el pasado miércoles en su tradicional conferencia semanal que, finalmente y por voluntad de la empresa, quedaría sin efecto el contrato con Next Energy de México, lo que ahorraría al Estado algo así como 12 mil millones de pesos.

Aparentemente respuesta de su relampagueante y electorero viaje a Durango, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda anunció el pasado miércoles en su tradicional conferencia semanal que, finalmente y por voluntad de la empresa, quedaría sin efecto el contrato con Next Energy de México, lo que ahorraría al Estado algo así como 12 mil millones de pesos. Estamos hablando de lo que hubiera sido la estafa del siglo, planeada, organizada y ejecutada desde la anterior administración estatal morenista a cargo de Jaime Bonilla Valdez. Una excelente noticia, apoyada en la seguridad y experiencia del secretario de hacienda, Marco Moreno Mexía, de cuya mano iniciaron las negociaciones que, todo hace indicar, llegaron a un buen término. Hasta que se firme.

De la misma conferencia de prensa derivó la pregunta y respuesta, por parte del fiscal general Ricardo Carpio, de que la institución continuará con las investigaciones a la firme denuncia del Gobierno del Estado contra los posibles responsables de este intento, insisto, intento, de quebranto de las arcas estatales. Los involucrados, varios ex funcionarios identificados como miembros del cártel del exgobernador Jaime Bonilla.

Sin embargo, el principio de acuerdo, porque hasta ayer todavía no se formalizaba, estuvo a punto de pasar a segundo término ante una pregunta que puso incómoda a la gobernadora e hizo pasar aceite, no solo a ella sino a varios de sus colaboradores que, evidentemente, no estaban preparados para responder y se relacionaba con su viaje a Durango, sus acompañantes y el gasto que esto representaba para el Estado. La gobernadora “capoteó” el asunto como pudo, pero no convenció. Tampoco hubo intento de repreguntar o, mínimo pedirle copia de sus comprobantes. ¿Prudencia? Tal vez. Pero, como diría Jack, vamos por partes: Primero, dejar en claro que hasta ayer la respuesta oficial de la empresa destacaba el interés por resolver el asunto, en definitiva, olvidándose por su parte del contenido del contrato condicionado, siempre y cuando a que el Gobierno del Estado renunciara a su derecho de ejercer acciones legales en el presente y futuro, en contra de la empresa, cosa que se aceptó y que desde nuestro punto de vista fue un acierto mediático, considerando que es mejor un mal arreglo que un buen pleito, pero un profundo golpe en contra de la corrupción y la impunidad, la principal, pero ya muy maltratada, bandera de los gobiernos morenistas.

¿Qué significa esto? Que al no haber delito que perseguir, tampoco habrá investigación. Así que Bonilla y su pandilla estarán a salvo. Todo será un mero montaje para “patear el bote” y que el tiempo traiga el olvido.

Segundo, que el mal momento que pasó la gobernadora pudo haberse evitado si, como evidentemente no ocurrió, alguien le hubiera advertido que su electorero viaje iba a ocasionar alguna reacción, sospechas y preguntas de periodistas, que todavía los hay, que entienden que lo nuestro es cuestionar al poder. Y en ese momento, Marina del Pilar Ávila Olmeda, representa ese poder al que hay que cuestionarse, más que hacerle reverencias o felicitarla por lo que está obligada a hacer.

Tan fácil que hubiera sido “matarles la cura” sacando de su bolsa la copia del boleto pagado con sus recursos y pedirle a su secretario particular, Jaime Cantón, hiciera lo propio. Tan simple que es cuidar las formas. Total, el viaje redondo a Durango, saliendo de Tijuana, por Volaris, no pasa de $5000.00. Eso sí, tal vez por esa razón el tono ronco de la Gobernadora, el vuelo sale a la una de la mañana y el regreso es a eso de las seis de la mañana que es en el que debió regresar.

Difícilmente pues, a no ser que haya viajado en vuelo privado, pudo ir y venir el mismo domingo. Lo que sí le adelantamos es que Oficialía Mayor del Gobierno de Baja California, la oficina responsable de pagar a los proveedores, no tiene información al respecto. Es más, se declara de NOTORIA INCOMPETENCIA para atender la solicitud que vía la Unidad de Transparencia hicimos al respecto, lo que nos lleva a pesar de que, efectivamente, la gobernadora y su secretario Cantón pagaron el viaje de su bolsa. Pero ¿y los escoltas? ¿O rompió el protocolo de seguridad?

Es claro que ambos temas seguirán dando de qué hablar, pero el espacio es corto. De cualquier forma, y recordando al filósofo de Parácuaro, ¿pero qué necesidad?

* El autor es Periodista con 45 años de experiencia, licenciado en periodismo, asesor en comunicación y marketing político, consultor de medios.

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