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Partidocracia decadente

No se requiere una bola de cristal y menos echar las cartas para predecir lo palpable: el final de la última brisa decorosa del PRI, PAN, PRD, y MC...

No se requiere una bola de cristal y menos echar las cartas para predecir lo palpable: el final de la última brisa decorosa del PRI, PAN, PRD, y MC; evaporó al instante de cuajar, manoseados por la derecha de la derecha, un acuerdo “ciudadano” electorero opositor al Presidente López Obrador y la llamada 4T.

Célebres por retorcidos precedentes, estos partidos diestros en patinar sobre cualquier pantano afín a sus bajos instintos éticos se suman, sin reparo moral que valga, a toda revoltura ideológica capaz de brindar cobijo a sus estafas políticas.

Colgada la combinada tintura (azules-amarillos-tricolores) al faldón del membrete “México Si”, el cuarteto en su triste amargura, soledad o renegar abandonaron su respectivo trapecio sobre el cual huraños se balanceaban para, infieles a ellos mismos, permitir que la mano de la máxima cúpula empresarial mueva la cuna donde los lideres sumisos, complacidos y esperanzados aguardan resucitar del pozo donde semisepultados confían en su rescate: “…los compatriotas Claudio X y Gustavo de Hoyos- declaró el chucho Jesús Zambrano del PRD- son bugías indiscutibles de este proceso”. Más claro no canta un gallo.

Repudiados por los electores a causa del inexistente escrúpulo mostrado dentro y fuera del juego político respectivo, los susodichos gradualmente fueron perdiendo credibilidad hasta desplomarse sobre un mar de censura, de repulsión generalizada por parte de millones hartos de los dichos, hechos y colaboracionismos contrarios a la mayoría que, amarradas dichas infamias a cadenas de corrupción e impunidad, la descomposición de los aparatos partidarios acabó pervirtiendo a todos y cada uno de los poros de su cuerpo, pensar y actuar sobresaltando, sobre aquel vulgar entreguismo, el nombrado “Pacto Por México” que redactado y operado a modo de apetitos del capital bandolero exterior e interior, cual graciosa bandera fue firmada y bendecida por los representantes de los partidos registrados.

Acostumbrados a chantajear cuando no a reptar con el propósito de ser servidos a cambio de servir a la oligarquía, ahora se agrupan alrededor de las espuelas de la derecha con el fin de, aparte de lamerse las mutuas heridas sufridas en el pasado proceso electoral, incorporarse a la cruzada en contra de las Reformas y alcances emprendidos por el gobierno actual cuyas acciones, en lo fundamental, en nada violenta el ser de los contrarios al tabasqueño (pero que) por su carácter mercenario dan la cara a favor de la casta millonaria atraídos por “los bueyes y las carretas” prometidas.

Y como epílogo de esta insultante como facciosa demostración, en el imaginario de no pocos persiste la convicción de que la descomposición política procreó vigorosas, profundas y bastas raíces donde la ideología vale un cacahuate por tratarse de algo intrascendente, simplona e insípida palabrería capaz de invitar a “desgarrarse las vestiduras” en la plaza pública aunque, en lo obscurito, el desprecio hacia los principios avasallen en aras del botín disponible.

No hay escapatoria: al mazacote prendido de la sotana ultraderechista (los antes citados partidos); sin matices se empatan al PT, Verde y PES primorosamente amamantados por el partido-gobierno Morena…

* El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.

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