No hay recesión técnica, pero sí desaceleración
Esta frase acuñada en su entrevista por el nuevo Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, nos remite a la columna anterior donde planteaba el riesgo de una Recesión Técnica de la economía de nuestro país.
Esta frase acuñada en su entrevista por el nuevo Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, nos remite a la columna anterior donde planteaba el riesgo de una Recesión Técnica de la economía de nuestro país.
Afortunadamente y considero que ningún mexicano, consciente y comprometido con el país, quisiéramos vernos de nuevo envueltos en una crisis económica, porque eso implica, falta de empleo, profundización y ampliación de la pobreza. Por ello, por mucho y que uno no coincida plenamente con algunas acciones de la política pública que se están tomando, no quisiera que a nuestro Presidente le fuera mal, porque entonces a nuestro país le iría mal. Valga repetir una frase que oportunamente me leía un amigo. “Nadie desea que al piloto del avión le dé un infarto, cuando en el vuelo, vamos nosotros acompañados de nuestra familia”.
Volviendo al tema del planteamiento que hacía en mi anterior contribución de este espacio, que era importante tomar en consideración los riesgos que está tomando la economía de nuestro país, si el crecimiento sigue siendo tan bajo o pobre como hasta ahora se ha visto.
Podemos mencionar que estas tasas de crecimiento han venido dándose en los últimos treinta años, pero lo más lamentable es que en los últimos dos trimestres, es decir en estos primeros seis meses del año, la tasa de crecimiento ha sido de 0.1%, es decir cercana al 0%.
Positivo el anuncio del Inegi, de que la tasa de crecimiento fue positiva, de 0.1%, pero tampoco debe ser motivo de festejar, ya que si bien no podemos hablar aun de recesión técnica, tampoco nos aleja del riesgo de caer en ello y lo importante es que ahora el Secretario de Hacienda reconoce que estamos en una etapa de desaceleración de la economía.
Pero por otro lado, según las cifras derivadas de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares las mismas cifras del Inegi, publicas el día de ayer, señala que el ingreso de las familias ha caído en 4.1%.
Cabe destacar, que de los datos publicados por la Encuesta de Ingreso y Gasto de los Hogares, destacan entre otras cosas, una mejora en la Distribución del Ingreso, si comparamos el 2018, con el 2016, así como la persistencia de la vulnerabilidad de los ingresos de las familias de más pobres, ya que tienen una alta dependencia de las transferencias externas, que siguen siendo las más importantes.
El propio Secretario Arturo Herrera, menciono, que “una recesión no solo se define por el resultado de una variable, como el crecimiento del PIB, sino también se deben considerar otras variables como el ingreso real, el empleo, la producción industrial y las ventas al mayoreo”.
Las cifras proporcionadas por el Inegi señaladas líneas arriba, mencionan de una caída en el ingreso, habremos de analizar las cifras de empleo y de la producción industrial y ambas a reserva de tener los datos definitivos publicados por el propio Inegi, acusan una ligera disminución. Entonces, podemos concluir que el riesgo de la recesión existe.
Ahora bien y el espíritu o intención de esta columna, no es hacer señalamiento irresponsables, sino todo lo contrario, la situación requiere de ciudadanos y gobiernos responsables que asuman su rol y alinear todos los esfuerzos hacia la definición de una propuesta que nos permita hacer frente unido, repito, ante la eventual desaceleración de la economía. Es decir, trabajar todos juntos en torno a la definición, como bien lo reconoce el propio secretario de una política Contra-cíclica, ya que México no cuenta con ella. Y en ese tenor, propone la implementación de instrumentos fiscales y la utilización de Fondos de Estabilización, como forma de prepararnos para tal cometido, medidas que serán contempladas en el paquete Económico del 2020.
Estos anuncios, nos dibujan a un Nuevo Secretario de Hacienda, que pudiera contribuir, no solo a un correcto diagnóstico del problema, sino además de que se pueda implementar una política económica adecuada para nuestro país, que nos permita crecer.
Apostarle a la unidad de todos los sectores del país, y no a la división y enfrentamiento. Es el gran reto.
* El autor es economista de profesión, fue presidente del Colegio Estatal de Economistas y vicepresidente del Colegio Nacional de Economistas.
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