No hables de política y dedícate a lo tuyo
¿Cuántas veces has escuchado esta frase?: “Tú no hables de política y mejor dedícate a lo tuyo”.
¿Cuántas veces has escuchado esta frase?: “Tú no hables de política y mejor dedícate a lo tuyo”. Y es que no importa si eres pastelero, ama de casa, mecánico, maestra, deportista o enfermera, esa frase es lanzada contra todo aquel que se atreva a opinar sobre política en redes sociales. Sólo que la misma únicamente se le dedica, a quien ose a hablar sobre el “mesías”.
Para quienes apoyan a López Obrador, es nuestra obligación quedarnos callados ante la irracionalidad de muchas de sus decisiones y frente a lo injustificable de otras tantas acciones, como el hecho de neciamente querer festejar el grito de independencia en plena pandemia. Al señor no le importa en lo más mínimo mantener vivo el orgullo nacional, pues ni siquiera se digna a saludar a nuestra bandera, al contrario la desprecia. Lo único que le preocupa es sentir que lo sigue apoyando el pueblo al que mal gobierna. Pero tenemos prohibido decir eso y sólo debemos concentrarnos en opinar sobre temas que dominamos, ¿cierto?
“Tú no hables de política”, es la clásica respuesta de aquel que tampoco estudió ciencias políticas a nivel universitario y todo el tiempo se la pasa opinando sobre política, pero a favor de Andrés Manuel. Es la respuesta bajo la manga de aquellos que han sido adoctrinados bajo la “ley mordaza” de AMLO, en donde nadie tiene derecho de hablar, si no lo hace con vitoreos o aplausos.
Si a ti te gusta hablar sobre estos escabrosos temas y no tienes miedo de la agresiva opinión pública, te tengo tres razones para esgrimirlas frente a tus detractores. Tus respuestas pueden ir en este sencillo orden: 1) Yo hablo de lo que me viene en gana. 2) Tú opinas si se te antoja. 3) Pero nadie tiene derecho a pedirte a ti, ni a mí, que nos callemos. 4) La política es para todos, porque a todos nos afecta, en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. 5) El que no lo pueda entender, que se desconecte de internet.
Basta de pedir a otros que guarden silencio cuando nuestros políticos hacen tanto ruido y hasta conferencias mañaneras, ¡de más de una hora y media! El derecho de hablar es el punto de partida de le libertad y ese ni los adoradores del mesías nos lo pueden arrebatar. En la medida en que más y más hablemos de política, también será más sencillo cambiar nuestra realidad. Claro que a los políticos les conviene que no hablemos de esos temas y para ellos es mejor que nuestros temas de conversación se enfoquen el los participantes le “La Voz”.
* El autor es graduado de la licenciatura en Derecho de la UABC, escritor y conductor de radio.
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