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No había de otra

Por el derecho a la libertad de expresión.

Por el derecho a la libertad de expresión.
Solo teníamos que esperar a los tiempos para que la controversia que creó Jaime Bonilla Valdez de querer extender su período de gobierno, con la participación de la vergonzosa XXII Legislatura, se resolviera. El afán del Gobernador Electo era de tratar de desvirtuar la decisión de la gran mayoría de electores que lo favorecimos con nuestro voto. Nunca se había tenido una experiencia de este calado. Es decir que, después de ser elegido desdeñara nuestro respaldo y, amafiado con estos diputadetes corruptos, intentara por todos los medios iniciar su administración con un acto de corrupción mayúsculo.
En verdad nos molestaba, y mucho, a quienes siempre estuvimos por la legalidad y el respeto a las decisiones de la mayoría, que quisieran vernos la cara y modificaran por la fuerza un hecho constitucional como lo es el sufragio efectivo. La seguridad con la cual Bonilla y su equipo aseguraban que obtendrían la extensión a los cinco años, motivó al electorado a formar un frente invisible que mostró su fuerza y obligó a las autoridades electorales y del poder judicial, a hacer efectivo el mandato de la ley. Ahora sí, y al menos en este punto del marco jurídico y la vida constitucional bajacaliforniana, nadie está por encima de la ley.
Por otra parte, los diputadetes de la XXII Legislatura le agregan a su pésima actuación y a la docilidad con la cual se le empinaron a Bonilla Valdez para facilitarle las cosas, más desprestigio a su actuación servil y de traición al electorado. Con esto, el PAN puede ir pensando en tomar aire para que comience a escalar la enorme cuesta que tiene enfrente, para tratar de recuperarse y seguir siendo una alternativa electoral. Al PRI este error político no le agrega nada negativo a su historial, pues es el partido de la corrupción.
Ahora sería importante que se iniciara una investigación utilizando todos los medios legales        que defina de manera completa, si los diputadetes fueron beneficiados con un pago en efectivo. Para este motivo, es preciso que se les fiscalicen sus ingresos y egresos pues, dado el caso, deberán ser responsables de lo que resulte. De la misma manera todos los movimientos y gastos financieros efectuados en la XXII Legislatura, deberán pasar por la lupa para eliminar cualquier posibilidad de peculado.
Ahora y desde mi punto de vista, Bonilla Valdez le debe una disculpa al electorado bajacaliforniano, pues puso en la balanza la decisión resultante de las elecciones pasadas. Hizo falsos alegatos y aseguró que los bajacalifornianos no habíamos votado por un período sino por él. Con esto nos endilgó el calificativo de ignorantes, cuando todo mundo estuvo al tanto del proceso electoral como antes nunca. Por consiguiente, el Gobernador Electo ha perdido la confianza y el apoyo de muchas personas, y ya no tiene el beneficio de la duda, pues ahora estaremos a la expectativa en cada una de sus acciones de gobierno. De la misma manera, deberá pensarlo dos veces si se plantea buscar la reelección. Yo en lo personal no votaría por él. No merece mi confianza ni mi apoyo. Vale.


* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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