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Nada cambia en Centro Penitenciario La Mesa

Hace más de 30 Años por motivos laborales conocí el Cereso en Tijuana, ese que fue conocido como “El Pueblito” también conocí las múltiples historias negras que ahí se vivieron, sin faltar sus icónicos personajes.

Hace más de 30 Años por motivos laborales conocí el Cereso en Tijuana, ese que fue conocido como “El Pueblito” también conocí las múltiples historias negras que ahí se vivieron, sin faltar sus icónicos personajes; también a su personal: hombres fuertes, dedicados, con convicción y responsabilidad; también había mujeres: trabajadoras, amas de casa, madres y esposas; pero sobre todo, custodios institucionales a una dependencia que les ofrecía muy pocas garantías laborales, impensable un buen sueldo, carentes de prestaciones adecuadas, sin planes de retiro, y muchos etc. más.

Entre esas mujeres resaltaba una, por su alegría a pesar de las malas condiciones laborales, mucha esperanza a pesar de conocer su realidad, optimista inclusive en la adversidad; todos la conocíamos como “Tony” pues su nombre es María Antonia Bermúdez. Antonia, como aquella religiosa denominada “Madre Antonia” bondadosa y generosa, mujer que todos los internos de aquella época y sus familias, personal operativo y administrativo, así como funcionarios la recuerdan con mucho cariño.

Antes del año 2000 y culminados unos estudios, realice una “Tesis” sobre el Sistema Penitenciario en Baja California vi y documente las necesidades, carencias, discriminación, abusos de los internos y sus familias, custodios, personal administrativo y demás; a los pocos años cambio se construyó “El Hongo” Centro penitenciario en el Municipio de Tecate, con ello se suponía cambiaría la vida penitenciaria en nuestro estado.

Recientemente me encontré con “Tony”, me dio mucho gusto verla y verla bien, hoy convertida en una mujer todavía con plaza de custodia, pero sobre todo con una preparación académica envidiable por varios servidores públicos del área penitenciaria: Licenciada en Derecho, Maestra en Ciencias Penales, con un Doctorado terminado, cuenta con una especialidad en Justicia para adolescentes tiene en su currículo y dos diplomados en Derechos Humanos y Amparo, así como dos Certificaciones a nivel nacional como Instructora de la Policía Procesal en el Sistema Acusatorio.

Al conocer sus antecedentes la cuestioné sobre ¿Qué mejoras tenía hoy, con relación a hace 25 años? Fue para mí muy decepcionante escuchar que a pesar de sus logros personales y académicos, seguía igual que antes o un poco peor, me comento: “cuando me entere que era una mujer quien estaría al mando de la comisión, me lleno de orgullo, pero no cambio mucho, continuamos con la discriminación, no existe la equidad de género y mucho menos la oportunidad para nosotras, existe poca oportunidad para la mujer dentro sistema penitenciario”.

“Yo me prepare profesionalmente porque sabía que llegaría a no tener las habilidades operativas dentro de mis funciones, como actualmente me encuentro, actualmente soy la mujer más longeva del grupo de custodias y lo más triste que no se toma en encueta la profesionalización, o tal vez no conozcan a los elementos que hemos sido fiel por durante tantos años. Actualmente llegan nuevos compañeros y compañeras con muchos mejores sueldos que nosotros los que tenemos años en el sistema, tal vez por nuestra antigüedad y viejos ya no tenemos ninguna oportunidad dentro del sistema y no se nos toma en cuenta.

30 años y todo sigue igual. Qué triste.

*El autor es Coordinador del Área Pericial del Instituto INJUS.

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