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Modo ‘supervivencia’

El día veinte de enero del 2020 escribía en esta columna, “Desde hace una semana la salud mundial se ha puesto en guardia por el Coronavirus de Wuhan.

El día veinte de enero del 2020 escribía en esta columna, “Desde hace una semana la salud mundial se ha puesto en guardia por el Coronavirus de Wuhan. Un nuevo virus que surgió en China, potencialmente podría convertirse en pandemia”, y un par de líneas adelante decía, “Sucesos como este generan una sensación apocalíptica, y han tenido históricamente mucha influencia en el ánimo y la ansiedad colectiva”, y terminaba la columna diciendo, “Se agudizará la tensión mundial en el curso del siglo, habrá más y más guerras por los recursos naturales. Yo soy pesimista en este asunto”. Sigo sorprendido de cómo se ha agitado el mundo desde esas fechas, estamos en una incertidumbre que no conocía el planeta desde la segunda guerra mundial. ¿Será que Fukuyama tenía razón? Que no hay más ideologías, que el fin de la historia comenzó con la caída del muro de Berlín. En México estamos a contracorriente con la mayor parte del mundo, solamente en Latinoamérica las izquierdas ganan las elecciones. No nos damos cuenta que en muchas partes del mundo ya no les importa un bledo el asunto de la fraternidad, están en luchas regionales en modo supervivencia. Por la energía, los alimentos y el poder bélico, entramos en un mundo con nueva amenaza nuclear.

Lo apocalíptico de estos tiempos se asocia a la muerte, el hambre, la sed y el frío. La pandemia, las guerras, las inundaciones, incendios y sequías nos traen muy golpeados. Las profecías de los nuevos testamentos, las revelaciones del apocalipsis, son un referente de nuestra cultura, la hipótesis de que el mundo se acabará pronto. El apocalipsis de San Juan, tantas veces pintado e imaginado y en el último siglo objeto de historias en la pantalla, muy distinto en las formas, pero con el mismo sentido final. La sensación de la muerte es lo único imposible de imaginar, es la fuente de todas las ansiedades. En México tenemos agregada una forma de descomposición social criminal, el mundo tal como lo conocíamos, hasta hace muy poco, se ha transformado mucho. El apocalipsis es un arquetipo que se nos presenta hasta en los sueños catastrofistas, la proyección de la angustia de muerte del individuo sobre la muerte de la humanidad. Los miedos apocalípticos generan acciones extremas, eso es lo que hay que evitar. Nadie en su sano juicio afirma que esto es el final de todo, pero para muchos lo es y será. Ya entramos en una añoranza de tiempos recientes que permitían imaginar un futuro prometedor. El discurso de los dirigentes apunta a la sobrevivencia nacional, muy ingenuo pensar que Guterres (ONU), Modi (India) y el Papa deberían ponernos en paz, el asunto es muy delicado, mucho.

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